¿Tiene razón la corriente 'anti-leche'? ¿Y qué pasa con las 'leches' vegetales?

Mujer bebiendo leche en el desayuno.
Mujer bebiendo leche en el desayuno. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / MILICASTANKOVIC
Actualizado: miércoles, 8 enero 2020 18:12

   MADRID, 8 Ene. (EDIZIONES) -

   Actualmente una corriente 'demoniza' la leche de vaca asegurando que es mala para la salud basándose, entre otros argumentos, en que somos el único mamífero que bebe leche de estas características. ¿Hay algo de cierto en ello? ¿Y qué pasa con las bebidas vegetales que se postulan como alternativa más sana?

   Durante años fue adorada y tratada como el alimento de los alimentos () Las madres de nuestra generación todo lo que fueras a hacer lo enriquecían con leche. Para dormir, si no quieres comer, si estás muy nervioso como sedante, si tienes el estómago revuelto, ante un catarro, o como engordante si se la das con una yema de huevo Y así hemos crecido todos porque un vaso de leche lo curaba todo, señala el doctor Fernando Fabiani.

   En ¿Te puedo hablar claro?, de Penguin Randon House, este especialista en Medicina Familiar y comunitaria reconoce que ahora la moda es que la leche es mala y por motivos peregrinos que pasa a rebatir:

   - La leche es mala porque produce mocos. La leche no produce mocos. No hay ni un solo estudio que lo haya demostrado y se ha estudiado bastante, argumenta.

   - La leche produce alergias e intolerancias. Se puede ser alérgico a la leche como se es a las gramíneas, a los ácaros del polvo, o a los cacahuetes. La intolerancia a la lactosa es otra cosa, y hay personas, a veces desde pequeñas, que no pueden digerir bien la lactosa, porque les falta la enzima lactasa, y si la toman les produce molestias digestivas. Si no eres intolerante no debes dejar de tomarla, señala.

   - Luego se encuentra el argumento de la antinaturalidad, basado en que el ser humano es el único mamífero que bebe leche en la edad adulta. También es el único que bebe gazpacho, que se prepara espetos de sardinas, que toma reducciones de Pedro Ximénez y tortilla de patatas, llama la atención.

   Fabiani advierte con todo ello que este miedo anti-leche nos lleva a no tomar leche de vaca, que no pasaría nada más allá del disgusto de nuestras madres, y sí a beber otro tipo de leches vegetales, como de soja, avena, de arroz o de almendra, por ejemplo.

   Y además les atribuyen de todo, que son mejores para los huesos, más saludables, te dan la energía de la planta, te regulan el metabolismo y el tránsito intestinal e incluso son antiestrés. Lo único que me falta por leer es que la leche vegetal te permite hacer la fotosíntesis, bromea este experto en medicina de familia.

   Así, asegura que ninguno de los supuestos beneficios de la leche vegetal está demostrado; segundo, señala que eso no es leche, sino bebida vegetal, pero leche no. La leche vegetal es como el regaliz rojo, que no es regaliz aunque se llame así. Si bebes extractos vegetales porque te gustan dale sin miedo, pero no te sientas obligado a beberlos como sustituto de la leche porque no es obligatorio. Ni tampoco lo es beber leche animal. Ni es obligatorio beber leche animal ni es malo beber extractos vegetales, aclara el doctor Fabiani.

   En este sentido, este especialista puntualiza que beber leche no es malo, pero tampoco es imprescindible hacerlo. Ni hace falta beber tanto como querían nuestras madres, o esos cuatro o cinco vasos que salen dibujados en las pirámides de alimentos. ¿Te gusta? Pues bébete un vaso. ¿No te gusta? Pues no te lo bebas, señala.

   En este sentido, recuerda que la leche tiene calcio, pero también lo tienen las almendras, los boquerones pequeños, o las sardinas que te puedes comer con las espinas. La leche además indica que es rica en proteína, pero también advierte de que lo es el pescado, el huevo o las legumbres. La leche también cuenta con vitamina D, pero bastante más tiene el salmón. Así que bébela si quieres, y si no quieres, no. Como las lentejas. La leche es un buen alimento, pero tampoco es la leche, sentencia Fabiani.

PROPIEDADES DE LA LECHE

   Desde el Ministerio de Sanidad explican que la leche constituye el mejor aporte de calcio, de proteínas, y de otros nutrientes necesarios para la formación de huesos y de los dientes. Durante la infancia y adolescencia se aconseja tomar la leche entera, ya que conserva la energía y la vitamina A ligadas a la grasa. En la edad adulta también es importante mantener un consumo adecuado, con el fin de favorecer la conservación de la masa ósea, contribuyendo así a prevenir la desmineralización de los huesos, causa frecuente de osteoporosis y fracturas, remarca.

   Este efecto, según indica, cobra aún más importancia en las mujeres durante las etapas de adolescencia, embarazo, lactancia, y menopausia. La grasa de la leche resulta fácil de digerir, ya que se encuentra en forma de pequeños glóbulos rodeados de una fina capa protectora. Sin embargo, dado el contenido calórico de la leche entera, personas con sobrepeso, obesidad y alteraciones de lípidos en sangre (hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia), pueden optar por la leche semidesnatada o desnatada, con menor cantidad de grasa y, en consecuencia, también de calorías y colesterol, agrega.

   Asimismo, detalla que la leche contiene además triptófano, un aminoácido (componente de las proteínas) que estimula la producción de serotonina, un neurotransmisor que produce en el organismo efectos calmantes e inductores del sueño.

   Por este motivo, se recomienda el consumo de leche antes de acostarse para ayudar a combatir el insomnio y los estados de ansiedad. Si se toma azucarada, el efecto es aún mayor, ya que el azúcar favorece también la liberación de serotonina. A pesar de su valor nutritivo, la leche de vaca está contraindicada en algunas situaciones concretas, como en el caso de quienes sufren intolerancia a la lactosa, galactosemia, y alergia a la leche, valora Sanidad.