Los primeros seres humanos podrían haber cocinado alimentos en aguas termales antes del uso del fuego

La proximidad de las aguas termales a los primeros asentamientos ha llevado a los investigadores a preguntarse si los primeros humanos usaban las aguas termales como recurso para cocinar mucho antes del incendio.
La proximidad de las aguas termales a los primeros asentamientos ha llevado a los investigadores a preguntarse si los primeros humanos usaban las aguas termales como recurso para cocinar mucho antes del incendio. - TOM BJORKLUND
Publicado: miércoles, 16 septiembre 2020 15:17

   MADRID, 16 Sep. (EUROPA PESS) -

   Los primeros seres humanos podrían haber cocinado alimentos en aguas termales antes de inventar el uso del fuego, según se desprende de una investigación, publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), en la que participa la Universidad de Alcalá y que se desarrolla en la garganta de Olduvai, en Tanzania.

   Según ha informado la UAH en un comunicado, el Olduvai Paleoanthropology and Paleoecology Project (TOPPP), con sede en el Instituto de Evolución de África (IDEA) de la Universidad de Alcalá, lleva quince años trabajando en la "prestigiosa" garganta de Olduvai (Tanzania), más conocida como la Cuna de la Humanidad, situada a pie del Ngorongoro en el ecosistema del Serengueti, en colaboración con el Museo Nacional de Tanzania.

   En Olduvai se descubrieron los primeros restos de nuestro género hace dos millones de años: Homo habilis y Homo erectus. En 2015, TOPPP a través de Fernando Diez-Martín, de la Universidad de Valladolid, descubrió, en el yacimiento FLK West, los restos achelenses más antiguos de Olduvai, hace 1,7 millones de años.

   Hace seis años, TOPPP y sus directores (Manuel Domínguez-Rodrigo, catedrático de Prehistoria de la UAH; Enrique Baquedano y Audax Mabulla) iniciaron un "ambicioso" proyecto de reconstrucción de dicho paisaje. Como parte de dicho estudio, iniciaron un proyecto de colaboración con el laboratorio Summons del MIT (USA) para analizar biomarcadores en los sedimentos.

   Ainara Sistiaga, del MIT y la Universidad de Copenhagen, lideró dicho análisis. En conjunción con Roger Summons y Kate Freeman (de la Universidad de Pensylvannia), realizó un descubrimiento espectacular: en toda la superficie de aquel paisaje de 1m7 millones de años, abundaban los biomarcadores de la vegetación y la fauna que contuvo. Sin embargo, entre ellos, aparecieron unos marcadores "inesperados", unos lípidos que generan algunos micro-organismos bajo altas temperaturas.

   Como explican desde la universidad, los marcadores de lípidos eran los mismos que produce una bacteria (Thermocrinis ruber), que se encuentra comúnmente en ambientes acuáticos muy calientes, cuya temperatura supera los 80 Celsius. En la actualidad, se encuentra en abundancia en ambientes de fuentes termales. La presencia de esta bacteria en esos lugares indicaba la presencia de agua muy caliente.