Los primeros 1.000 días de vida son críticos para modificar los factores nutricionales que influirán en la salud futura

Jaime Dalmau
AGUSTIN IGLESIAS
Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 19:36

MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los primeros 1.000 días de vida son críticos para modificar todos los factores que influirán en la salud futura, según han asegurado diversos expertos reunidos en el simposio 'Early Life Nutrition. Impacto en la ventana de oportunidad', organizado por la compañía Danone Nutricia, en el marco del 63º Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

De hecho, tal y como ha explicado la coordinadora de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, Rosaura Leis, alteraciones en la alimentación de la madre gestante y, por tanto, en la nutrición del feto, así como déficits o excesos nutricionales en los primeros años de vida dejarán una huella metabólica, con efectos para la salud a corto, medio y largo plazo.

Por este motivo, y con el objetivo de observar la existencia de déficits y/o excesos nutricionales en la alimentación de los niños españoles más pequeños, la compañía Danone Nutricia, dentro de su programa educacional 'Alimentando la Salud del Mañana', ha llevado a cabo el estudio 'Alsalma 2.0', realizado en más de 1.500 niños españoles de 0 a 3 años y con la participación de cerca de 200 pediatras de todo el territorio nacional.

En este estudio, donde se evaluó la realidad nutricional en esta franja de edad, los padres registraron los alimentos ingeridos por sus hijos en días no consecutivos mediante un cuestionario exhaustivo. El consumo de nutrientes fue evaluado con respecto a las recomendaciones diarias de ingesta (RDI).

Asimismo, se observó que existía un exceso en el consumo de proteínas diarias recomendadas, en el 95,9 por ciento de los pequeños de entre siete meses y tres años. Además, la investigación concluyó que un aumento de un 1 por ciento en la proporción de proteínas en la dieta se correlacionaba con un incremento del índice de masa corporal (IMC) del niño.

CÓMO LLEVAR UNA ALIMENTACIÓN ADECUADA

A la vista de estos resultados, los especialistas han realizado algunas recomendaciones para modificar este exceso detectado en el consumo de proteínas de origen animal. "Probablemente con comer carne, pescado o huevo una sola vez al día sea suficiente y conseguiríamos reducir la ingesta total de proteínas. Y, y si se consume en comida y cena, es aconsejable dar raciones de carne o pescado relativamente más pequeñas", ha apuntado el jefe de Sección de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, Jaime Dalmau.

De hecho, el 'Alsalma 2.0' también ha encontrado un déficit de vitamina D, por lo que ha demostrado que es "muy difícil" conseguir esta vitamina ingiriendo simplemente alimentos o comidas suplementadas. "Tanto durante la lactancia materna, que tiene poca vitamina D, como a lo largo de la primera infancia habrá que dar suplementos de vitamina D como medicamento", ha recalcado el experto.

Aunque hasta ahora la vitamina D se utilizaba para evitar el raquitismo y conseguir una buena calcificación, lo cual es un factor protector de osteoporosis en el adulto, actualmente se sabe que también interviene en muchas otras patologías como el síndrome metabólico, la inmunomodulación (defensas) y en la protección frente a infecciones respiratorias.

Finalmente, Leis ha recomendado la lactancia materna hasta los 6 meses, momento en el cual es necesario introducir alimentación complementarla e incorporar al bebé a la mesa familiar a partir del primer año, con hábitos de consumo alimentario saludables.

"Los padres deben seguir las indicaciones del pediatra para la alimentación del niño durante esta ventana de oportunidad y modificar sus propios hábitos hacia una alimentación saludable, ya que a partir del primer año, el niño debe sentarse a la mesa y sus padres van a ser el ejemplo a seguir", ha concluido Leis.