Las personas con menos recursos tienen peor acceso a los alimentos básicos de una dieta saludable

Frutas, Verdura En Un Puesto De Mercado
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE RETINA Y VÍTREO/TINKLE
Actualizado: jueves, 28 mayo 2015 14:33

MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) -

La falta de recursos puede dificultar el acceso a alimentos básicos como la leche, las frutas y verduras y el pescado, según se desprenden de un estudio impulsado por la Fundación Alimerka con la colaboración del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Fundación Cauce y la Universidad de Oviedo.

La investigación se ha llevado a cabo en una pequeña muestra de 37 personas -19 hombres y 18 mujeres con edades comprendidas entre los 19 y los 56 años de Asturias-, con el objetivo de evaluar los hábitos nutricionales de los colectivos más desfavorecidos.

El análisis realizado desde la Universidad de Oviedo ha comparado el consumo de los principales grupos de alimentos y han determinado que las personas con menos recursos ingieren una cantidad significativamente menor de productos básicos en una dieta saludable; asimismo señala que son más propensos a sufrir patologías crónicas.

"No se han encontrado diferencias significativas en ninguno de los parámetros sanguíneos evaluados en este estudio, con la excepción de los niveles séricos de glucosa, superiores en la muestra. Sin embargo, sí se ha detectado que un 75% de las personas en situación de privación material presentaban riesgo moderado-alto para la salud, frente al 32% del grupo con más recursos", detalla la investigadora del CSIC Nuria Salazar.

En torno al 60% de los sujetos declaró encontrarse en situación de desempleo en el momento de la primera entrevista, y el 88% de estas personas sufre sobrepeso u obesidad, por lo que estos resultados "ponen de manifiesto la importancia de efectuar una intervención nutricional".

Los datos obtenidos en la muestra fueron comparados con los procedentes de un grupo control formado por 35 personas de nivel socioeconómico medio-alto, de la misma edad y con la misma distribución de sexos. No obstante, el grupo estudiado sí presenta un mejor ajuste a los objetivos nutricionales que el grupo con un nivel socioeconómico medio-alto.

ANÁLISIS DE LOS DATOS

En primer lugar, su dieta consta de las tres o cuatro comidas recomendadas al día y, por tanto, es suficiente desde el punto de vista proteico-energético y, en segundo lugar, la mayoría consume las vitaminas y minerales necesarios, con las excepción del calcio, el hierro y las vitaminas liposolubles A, D y E.

Las diferencias surgen sobre todo en la calidad de las grasas consumidas, que, aunque están dentro de los valores recomendados, son mejorables en el caso del grupo con menos recursos. "Consideramos que es aconsejable disminuir la proporción de ácidos grasos saturados en favor de los mono y poliinsaturados", agrega la investigadora de la Universidad de Oviedo Sonia González.

Por otro lado, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias del CSIC observó la microbiota intestinal de los voluntarios. El conjunto de microorganismos que alberga el intestino desempeña un papel clave en la digestión, en el metabolismo y en la salud. "Debido a que la dieta es una cuestión primordial para la salud, se está analizando si determinados patrones alimentarios pueden alterar el equilibrio microbiano intestinal", precisa Salazar.

"Para garantizar un buen equilibrio entre los diferentes grupos de alimentos sería deseable reducir su presencia en la dieta y sustituirla por otros alimentos proteicos como el pescado o los huevos", concluyen los investigadores.