Listeriosis: intoxicación alimentaria con capacidad mortífera

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GETYY//ADAM GAULT
Actualizado: viernes, 18 marzo 2016 6:05

   MADRID, 18 Mar. (EDIZIONES) -

   La listeria es una bacteria gram positiva que se encuentra en los alimentos frescos como frutas, vegetales y procesados, como los embutidos. Aunque de escasa incidencia, en torno a 0,8 casos/100.000 habitantes años, se presentan menos de 50 casos anuales, a veces se dan brotes epidémicos y puede dar lugar a una infección bacteriana capaz de producir la muerte en personas de salud comprometida.

    Según explica a Infosalus el doctor Manuel Fernández Guerrero, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la listeria es una bacteria con una muy amplia distribución en la naturaleza, en suelos, jardines, vegetación en estado de putrefacción y puede incluso encontrarse en el intestino de los mamíferos y seres humanos.

    Sus fuentes más comunes son verduras como las coles de Bruselas o frutas como el melón cantalupo, carnes como los embutidos derivados del cerdo o también pescados. En los seres humanos la infección puede ser asintomática o producir una diarrea autolimitada.

   En quienes tienen una enfermedad crónica como cirrosis hepática, diabetes o cáncer, leucemias, linfoma o trasplante y en tratamientos con corticosteroides y otros fármacos, la listeriosis puede ser muy grave y causa de mortalidad.

   Por ello, es importante conocer la naturaleza de la bacteria en sí y la enfermedad subyacente de quien contrae la infección porque puede convertirse en una invasión bacteriana mortífera.

   Otro gran grupo de riesgo lo constituyen las embarazadas, en las que la infección por la listeria es grave y tiene potencial para ocasionar una septicemia que pone en peligro la vida de la madre y del feto. La listeriosis así puede ser una causa de aborto o en recién nacidos contagiados dar lugar a una meningitis.

UNA INFECCIÓN A VECES ASINTOMÁTICA

   La bacteria en las personas portadoras tiene un periodo de incubación de unas 4 a 6 semanas en las que puede habitar el intestino sin síntomas. El diagnóstico también es fácil de realizar si se aísla en sangre a esta bacteria alargada gram positiva o en el líquido cefalorraquídeo y a través de un análisis de biología molecular o PCR. La inmunidad que proporciona la infección es escasa aunque es rara la recurrencia, ya que no se mantiene un reservorio en humanos.

   El tratamiento varía según la enfermedad que produce la infección por la bacteria: un 50% de ellas producen septicemia en sangre lo que ocasiona fiebre y shock séptico; en otros pacientes puede producir una meningitis aguda bacteriana grave que afecta al tronco del encéfalo; también puede ser una infección focal y producir endocarditis (una infección de la membrana que recubre el interior de las cavidades del corazón), accesos cerebrales y hepáticos.

   La listeria es resistente a fármacos como las cefalosporinas (antibióticos beta-lactámicos) de tercera generación por lo que se utiliza una combinación de ampicilina, un antibiótico antibacteriano de amplio espectro, más un antibiótico aminoglucósido como la gentamicina o sulfamida utilizados bajo control y supervisión médica.

   El doctor Fernández Guerrero comenta que la mejor prevención frente a la listeriosis consiste en una buena higiene de los alimentos y el control de la infección en el ámbito veterinario.

   "La bacteria aguanta bien el frío y la refrigeración y temperaturas bajas como los 3 y 4 grados por lo que lo más importante es evitar la contaminación de los alimentos", concluye el doctor, catedrático de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y responsable del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz del Grupo Quirónsalud.