COMIDA, ALIMENTACIÓN
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Actualizado: sábado, 25 marzo 2017 10:56

   MADRID, 25 Mar. (EDIZIONES) -

   Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, la alimentación es una parte "importante" del tratamiento. Así, señala que comer los alimentos adecuados antes, durante y después del tratamiento puede ayudar a que los pacientes se sientan "mejor y más fuertes". En concreto, las personas con cáncer deben mantener un peso corporal saludable y consumir alimentos nutritivos.

    Además, hay que tener en cuenta que los efectos secundarios de la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden hacer que una persona coma menos y pierda peso. En cambio, también hay que tener cuidado porque algunos tratamientos pueden causar un aumento de kilos en algunos pacientes.

   Por ello, la Sociedad Americana contra el Cáncer hace hincapié en que una buena alimentación o nutrición es especialmente importante en caso de padecer cáncer debido a que tanto la enfermedad, como su tratamiento, pueden cambiar la forma en la que se come. El cáncer y su tratamiento también pueden afectar a la manera en la que el cuerpo tolera ciertos alimentos, así como su capacidad de emplear los nutrientes, según avisa esta sociedad científica.

   Asimismo, destaca que las necesidades de nutrientes de la gente con cáncer varían para cada persona, y siempre debe ser un equipo médico contra el cáncer el que ayude a identificar las metas en la nutrición de cada persona. "Comer bien mientras se encuentra en tratamiento contra el cáncer podría ayudarle a: sentirse mejor, mantener un nivel elevado de fuerza y energía, mantener su peso y las reservas de nutrientes de su cuerpo, tolerar mejor los efectos secundarios relacionados con el tratamiento, reducir su riesgo de infecciones, sanar y recuperarse más rápidamente", precisa.

OBTENER LOS NUTRIENTES QUE EL CUERPO NECESITA

   En este sentido, la doctora Natalia Eres, responsable de Oncología Integrativa del Instituto Oncológico Baselga (IOB), del Hospital Ruber Internacional, subraya a Infosalus que "alimentarse bien" significa comer una variedad de alimentos para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita para luchar contra el cáncer. Estos nutrientes incluyen: proteínas, carbohidratos, grasa, agua, vitaminas y minerales.

   "Depende de la fase en la que se encuentre el paciente. A los que tienen quimioterapia se les aconseja comer alimentos ecológicos, cocinados a baja temperatura, que contengan elementos antitumorales (como la cúrcuma o el jengibre)", indica, resaltando igualmente la importancia de primar la calidad del alimento.

   También recalca que hay que llevar una alimentación con un bajo índice glucémico, ya que algunos estudios apuntan a que las células tumorales se alimentarían de la glucosa en el cuerpo, a diferencia del resto de células que podrían hacerlo también de los ácidos grasos. "Que el estímulo de la insulina en el cuerpo sea el menor posible porque se ha visto que favorece la contención del cáncer. Este tipo de alimentación si se lleva al extremo con aceites específicos, con una dieta cetogénica (baja en carbohidratos, centrada en el consumo de grasas naturales, y con ingesta de proteínas adecuadas), se puede ayudar a la muerte de las células tumorales", añade la experta.

   Eres resalta a su vez la conveniencia de adoptar una alimentación que proteja el hígado y desinflame el intestino, a través de la ingesta de alimentos con poder antiinflamatorio, como el silicio orgánico; o practicar ayunos intermitentes para el hígado, cenar muy pronto y poco, y desayunar muy tarde, de forma que el hígado esté más de doce horas sin comer.

   La especialista en Oncología integrativa también menciona, y durante la radioterapia, la ingesta de aceites especiales con Omega tres, de aceite de coco, o procurar no perder masa muscular y obtener suplementos para evitar la caquexia (desnutrición, deterioro físico producido al final de una enfermedad).

   En su opinión, es conveniente seguir una alimentación rica en pomegranates en el caso del cáncer de próstata, como pueden ser las semillas calabaza, de lino, o el té verde; o en las mujeres con cáncer de mama, consumir el aceite de romero, por su actividad antiestrogénica, o potenciar los probióticos intestinales para que eliminen mejor los estrógenos.

   "Es importante una dieta antes ,durante y después, la de antes y después se basa más en la calidad de los alimentos. Cuando se está en tratamiento se intenta cambiar y modular el metabolismo de la célula tumoral porque se ve que, de manera controlada, si no se da comida a la célula normal se divide más lenta y hace que se tolere mejor la toxicidad de la quimioterapia; y la tumoral, como está enferma, hace que deje de dividirse y así se estresa, se fragiliza y son más fácilmente atacables por la quimioterapia, pero de forma controlada", comenta.

   A su vez, ve muy importante compaginar una dieta rica en todos estos alimentos con el ejercicio físico o el fitness oncológico, así como la acupuntura. Al perder el apetito muchos pacientes, Eres recomienda optar siempre por las comidas cocinadas, que no estén crudas, y hacerlo varias veces al día, trabajando para que la alimentación sea muy rica en nutrientes, además de tomar infusiones de jengibre que despiertan el apetito.

   Finalmente, destaca la importancia de los suplementos vitamínicos y minerales ante la ausencia de otros alimentos. "Son esenciales porque las hipovitamionosis empeoran las enfermedades. Se empeora todo lo que es la contención de la enfermedad. Pero de forma controlada porque dar una dosis altas antioxidante puede ser también contraproducente. Todo tiene que estar siempre bajo el control médico", zanja la experta.

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