La fruta era más importante en la dieta medieval islámica que en la cristiana

Actualizado: martes, 17 febrero 2015 11:02

La UdL compara restos de alimentos de los siglos X y XI en Lleida, Balaguer y Tortosa

   LLEIDA, 17 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La fruta era una parte muy importante de la dieta medieval islámica, más que en las zonas cristianas según un trabajo de investigación pionero en el campo de la agricultura de esta época liderado por la Universitat de Lleida (UdL) y publicado en la revista Quaternary International.

   Por primera vez, un estudio arqueobotánico compara restos de alimentos de los siglos X y XI en tres ciudades: Lleida, Balaguer y Tortosa, asegura la Udl en un comunicado en el que precisa que el trabajo cuenta con la colaboración de investigadores de la Universidad Basel (Suiza) y la Autónoma de Barcelona.

   Con respecto a la fruta, en los asentamientos islámicos hay mucha variedad, sobre todo en Lleida: la uva y los higos se consumían tanto frescos como guisados y secos, y en tiempo de hambruna se usaban las semillas para hacer harina y cocer pan de un alto valor nutricional.

   Los investigadores también han encontrado restos de melocotón, melón, pepino, manzana, pera, oliva, almendra, piñones y granada.

   Algunas de estas especies, según los expertos, ya se consumían en la época romana e incluso la ibérica, aunque no estaban tan extendidas.

   Los resultados de estos yacimientos contrastan con las zonas cristianas ubicadas más en el norte, donde sólo se ha identificado el consumo de uva, melocotón, algarroba y almendra; en estas áreas se cultivaban menos frutas, plantas oleaginosas y especias.

   La profesora Natàlia Alonso, del Grupo de Investigación Prehistórica (GIP) de la UdL, explica que se trata de una "primera evaluación de las especies y las prácticas agrícolas en el norte de al-Andalus, las nuevas técnicas adoptadas y el legado de la agricultura romana".

   Por eso, han analizado más de 595.000 restos de la época y frutos recuperados en una decena de excavaciones en Madîna Lârida (Lleida), Madîna Balaguí (Plan de Almatà, Balaguer) y Madîna Turtûsa (Tortosa).

   Los restos de alimentos se encuentran mineralizados o carbonizados, y los investigadores los han procesado con una máquina de flotación y una columna de tamices antes de identificar unos sesenta géneros o especies de plantas cultivados o silvestres, algunos de ellos citados en las fuentes escritas.