El consumo moderado de bebidas fermentadas puede mejorar la salud intestinal y metabólica, según un estudio

Cañas de cerveza
CERVEZA Y SALUD - Archivo
Actualizado: lunes, 10 septiembre 2018 12:46

MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -

El consumo moderado de bebidas fermentadas podría implicar una mayor diversidad bacteriana, lo que está relacionado con una mejor salud intestinal y en consecuencia metabólica, según se desprende del estudio 'Efectos del consumo de alcohol sobre la microbiota intestinal de adultos sanos'.

El trabajo ha sido presentado por la directora del Grupo de Inmunonutrición del Instituto de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Ascensión Marcos, en del 'XI Congreso de la Sociedad Internacional de Inmunonutrición', que estos días se celebra en Londres (Reino Unido).

El objetivo del estudio, que ha sido presentado junto a la doctora Esther Nova, ha sido analizar si el consumo de bebidas con contenido alcohólico (fermentadas como la cerveza y vino, y licores) considerando cantidad y frecuencia, podría tener efectos en la composición de la microbiota intestinal en este grupo poblacional.

Se denomina microbiota intestinal a la comunidad de microorganismos vivos que alberga el tubo digestivo humano y, entre sus muchas funciones destaca la protección del sistema inmune ejerciendo de efecto barrera, ya que ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos manteniendo la integridad de la mucosa intestinal. Además, ayuda al cuerpo a digerir ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de hacerlo y contribuye a la producción de las vitaminas B y K.

En este sentido, el trabajo ha puesto de manifiesto que en individuos mayores de 65 años se ha visto que el consumo moderado de bebidas fermentadas, como el vino y la cerveza, podría presentar una mejor situación metabólica que podría estar relacionada con un menor riesgo cardiovascular.

Para alcanzar estas conclusiones se han analizado a 261 adultos sanos españoles y 134 eslovenos, quienes tuvieron que realizar una serie de entrevistas personales evaluadas por nutricionistas. "A través de encuestas validadas, se analizaba la cantidad consumida y la frecuencia de consumo de diferentes bebidas alcohólicas, tales como el vino, la cerveza y los licores", ha explicado la doctora Marcos.

El trabajo también ha recogido información de las características socioeconómicas, ingesta dietética, actividad física y estado de salud, además de la composición corporal por bioimpedancia eléctrica, siendo el principal factor diferenciador de los grupos bacterianos fue el país de origen, por lo que sólo ha incluido las muestras procedentes de España.

Respecto al consumo de alcohol, los participantes se dividieron en tres grupos: bajo (menos de 5 gramos de alcohol al día), moderado (entre 5 y 20 gramos/día en hombre y menos de 12 gramos en mujeres) y alto (más de 20 gramos al día en hombres y más de 12 gramos en mujeres).

Se entiende por consumo moderado la ingesta de 1 o 2 cañas al día para las mujeres y de 2 y 3 para los hombres. El consumo moderado de bebidas fermentadas puede formar parte de una alimentación saludable dentro de la dieta mediterránea actual, por las propiedades que les confieren su baja graduación alcohólica y las materias primas con las que están elaboradas.

Ahora bien, el consumo excesivo de alcohol se asocia con un mayor riesgo de enfermedades agudas (lesiones accidentales) y crónicas (cardiovasculares, cáncer, entre otras).