Los complementos dietéticos deberían limitarse a pacientes de alto riesgo cardiovascular

Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 23:50
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MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Actualmente hay algunos complementos dietéticos como los ácidos grasos omega 3, la vitamina D o la fibra que son beneficiosos para reducir el riesgo cardiovascular y la hipertensión arterial pero su uso debería limitarse a aquellos pacientes de alto riesgo, como aquellos con una alteración del perfil lipídico, de la presión arterial o en los que se considere que existe un riesgo cardiovascular aumentado, aunque todavía no esté presente enfermedad.

   Así lo ha reconocido el profesor de Nutrición en la Universidad Alfonso X El Sabio de Madrid Carlos Iglesias, durante la 19 Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) celebrado en Madrid.

   Este experto ha puesto el ejemplo de los suplementos nutricionales con ácidos grasos omega 3 de origen marino como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), ya que disminuyen el riesgo cardiovascular y reducen los niveles de colesterol LDL y se aumentan los niveles del HDL.

   Aunque su utilidad es "indiscutible" en pacientes en los que han detectado alteraciones del perfil lipídico, deben ser usados con precaución porque, a pesar de ser de origen marino, han sufrido grandes modificaciones en su estructura original y podrían tener consecuencias no deseadas que no han sido estudiadas.

   Asimismo consideran que en sujetos sanos se debe defender la implantación de una dieta saludable rica en omega 3 de origen marino, es decir, pescados, así como de omega 9 y fibras vegetales, que modulen la absorción de las grasas, baja en harinas refinadas y azúcares que alteren el metabolismo de los carbohidratos.

   "Todo ello debe acompañarse de una vida físicamente activa y ejercicio programado habitual", ha señalado el doctor Iglesias.

   Asimismo, los expertos asistentes a este congreso han destacado que el papel de la dieta es fundamental, debido a que sigue siendo la piedra angular donde se sustenta la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares.

   A modo de ejemplo, el profesor José Ramón Banegas, del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la  Facultad de Medicina en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ha explicado que "la fibra y las verduras reducen el riesgo de cáncer, enfermedad cardiovascular y diabetes. Además, el pescado reduce el riesgo de muerte cardiovascular".

   Y por otro lado, también recomendable evitar las conservas, precocinados y carnes saladas o ahumadas como la panceta y los embutidos, así como reducir el consumo de sal, aconsejando en su lugar consumir una cantidad de 2 gramos de sal diarios, que equivale a la cantidad de sodio que cabe en una cucharilla de té.