Bebidas energéticas, ¿cuándo son un peligro?

Bebidas energéticas
GETTY//MAURO MATACCHIONE
Actualizado: jueves, 3 marzo 2016 11:17

   MADRID, 3 Mar. (EDIZIONES) -

   Desde hace tiempo se viene alertando desde la comunidad médica de los riesgos para la salud del abuso de las bebidas energéticas, bebidas con alto contenido en cafeína que buscan elevar el estado de activación del sistema simpático, el encargado de aumentar la frecuencia cardiaca o el estado de atención.

   Hace dos años la Oficina Regional para Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que utiliza las cifras de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), publicaba un informe que señalaba que, al menos, un 30% de adultos, un 68% de adolescentes y un 18% de niños menores de diez años consumen bebidas energéticas.

   En dicho informe se adviertía de que las bebidas energéticas pueden provocar un problema potencial de salud pública en el futuro, especialmente entre la población más joven. Así, la recomendación pasa por un consumo moderado, evitar combinarlas con alcohol -u otros excitantes-, y que niños y grupos vulnerables se abstengan de tomarlas.

   Hasta ahora se ha mostrado que las bebidas energéticas pueden elevar las presión arterial a jóvenes sanos aumentando así el riesgo a padecer eventos cardiovasculares; asimismo se ha asociado con modificaciones de la conducta y alteraciones en las capacidades cognitivas en jóvenes que han ingerido grandes cantidades de estas bebidas.

   Ahora, un nuevo estudio dirigido por investigadores del Centro Médico David Grant de la Universidad del Pacífico, en Perú, se suma a la evidencia de que las bebidas energéticas pueden ser malas para el corazón. Los resultados del estudio se presentan este miércoles en una reunión de la Asociación Americana del Corazón, que se celebra en Phoenix, Arizona, Estados Unidos.

   "Nuestros hallazgos sugieren que ciertas bebidas energéticas pueden aumentar el riesgo de tener un ritmo cardiaco anormal cuando se consumen en grandes volúmenes", afirma el investigador principal, Sachin A Shah, profesor asociado de práctica farmacéutica en la Escuela Thomas J. Long de Farmacia y Ciencias de la Salud del Pacífico.

   Phillip Oppenheimer, decano y profesor de práctica farmacéutica en la Universidad del Pacífico, subraya que los resultados son de especial preocupación entre los adultos jóvenes. "Las bebidas energéticas se consumen ampliamente dentro de la población universitaria, lo que extiende aún más la relevancia de este estudio", afirma Oppenheimer.

ESTUDIO EN 27 PERSONAS

   Aunque en el estudio sólo participaron 27 voluntarios sanos, de entre 18 y 40 años, los resultados corroboran las investigaciones anteriores que encuentran una vinculación entre el abuso de estas bebidas y un cambio en la presión arterial. Los sujetos tomaron dos latas de una bebida energética, un volumen equivalente de una bebida que contiene 'panax ginseng' (un ingrediente de la bebida energética) o una bebida placebo una vez al día, cada seis días, durante tres semanas. Ni los voluntarios ni los investigadores sabían quién estaba recibiendo qué tipo de bebida hasta el final de las tres semanas.

   Los investigadores midieron el ritmo cardiaco de los sujetos y la presión arterial antes del consumo de las bebidas y cuatro veces durante las seis horas inmediatamente después. Los voluntarios que consumieron la bebida energética experimentaron un aumento estadísticamente significativo en un marcador de riesgo de alteraciones del ritmo cardiaco conocido como el intervalo QTc, además de un ligero aumento de la presión arterial; efectos que persistieron durante dos horas después del consumo de la bebida energética.

   Por el contrario, los del grupo de ginseng y de placebo no mostraron aumentos en el intervalo QTc ni la presión arterial. Shah destaca que algunos medicamentos contienen una advertencia cuando se ha demostrado que el medicamento prolonga el intervalo QTc en un grado similar al detectado en este estudio (6 milisegundos).

   Según Shah, se necesita más investigación para evaluar los efectos de las bebidas cardiacas en el ritmo cardiaco y la presión arterial, especialmente en aquellos con trastornos cardiacas subyacentes, como el síndrome de QT largo congénito y la hipertensión.

SE ESTUDIA EL RIESGO DE MUERTE SÚBITA

   Por otro lado, aunque no existen evidencias las bebidas energéticas se han asociado con muertes súbitas. En junio de 2014, el Centro de Ciencia para Interés Público, un grupo de defensa de la salud del consumidor, había recogido informes de 34 muertes que pueden haber estado vinculadas con las bebidas energéticas.

    El consumo moderado de cafeína se considera entre los 100 mg y 300 mg al día. En principio, los especialistas están de acuerdo que, en personas adultas, la ingesta relativamente importante de cafeína de manera puntual no supondría ningún problema.

   Una ingesta de hasta 400 mg por día (aproximadamente 5,7 mg de peso corporal por día/kg), no plantean problemas de seguridad para los adultos sanos en la población en general, con excepción de las mujeres embarazadas. Una lata de bebida energética de 250ml suele tener unos 80mg de cafeína.

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