Análisis alerta del peligro de las dietas milagro por excluir grupos de nutrientes

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YURI ARCURS
Actualizado: jueves, 8 enero 2015 15:15

MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las dietas milagro se caracterizan por carecer de fundamento científico sobre su eficacia o seguridad, prometer resultados rápidos sin esfuerzo y, entre otras cosas, excluir o reducir la ingesta de algunos alimentos o grupos de éstos, así como las cantidades de hidratos de carbono, afirma Clotilde Vázquez, jefa del Departamento Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid), y presidenta de la Asociación Método por Intercambios.

En este escenario, expertos en Endocrinología, Nutrición, Psicología y Ejercicio Físico de la Asociación Método por Intercambios han realizado un análisis, incluido en su web 'www.metodoporintercambios.com', que alerta del peligro de 14 dietas consideradas milagro "por carecer de evidencia científica y promover una alimentación desequilibrada", entre las que destacan la 'Dukan', Cetogénica, la Disociada o la de la piña. Además, han incluido un analizador en la web para verificar si una dieta es correcta o puede poner en peligro la salud.

Según Vázquez, las consecuencias que se pueden derivar de una ingesta desequilibrada de nutrientes son "múltiples y poco saludables". Por un lado, la escasez de hidratos de carbono provoca una pérdida de masa muscular y de líquido, pero no de grasa, "que es el principal objetivo que debe perseguir una dieta, ya que su exceso conlleva numerosas enfermedades cardiovasculares", advierte. Esto, a su vez, da lugar al llamado efecto rebote, "con el que habrá una mayor tendencia a engordar y a recuperar el peso perdido", añade.

Además, las dietas que promueven disminuir el consumo de cereales, pasta, arroz, legumbres o pan y aumentar el de proteínas "pueden originar el llamado estado de cetosis". Es un trastorno metabólico que aparece cuando se han acabado las reservas energéticas en forma de hidratos de carbono, por lo que el organismo necesita utilizar las grasas para obtener energía, explica.

En palabras de Vázquez, "esto conlleva efectos secundarios como mareos, náuseas o deshidratación si se prolonga mucho en el tiempo". Por otro lado, puntualiza, un aporte de proteínas mayor del necesario "puede generar problemas como el aumento de la presión arterial, daño renal por sobrecarga proteica o acumulación excesiva de ácido úrico".

Respecto al análisis, este tiene en cuenta cuatro criterios: la sostenibilidad, el equilibrio de nutrientes, la variedad de los mismos y la suplementación, e incluye un sistema de semáforo para graduar el peligro. "La mayoría de las 14 dietas analizadas no cumplen ninguno de los criterios", alertan.

Según explican desde la organización, algunas de estas dietas han sido también incluidas por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) en un informe en el que se advierte de que "pueden provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales; producir efectos psicológicos negativos; trastornos del comportamiento alimentario; favorecer el efecto rebote, y el abandono de las mismas sin haber aprendido a comer de manera saludable".

DIETA MEDITERRÁNEA, LA QUE MEJOR CAMBIA LOS HÁBITOS PARA QUE PERDUREN

El documento defiende la eficacia de la dieta mediterránea, en la que se basa el método por intercambios (esto determina que alimentos de un mismo grupo, en cantidades proporcionales, tienen el mismo valor nutricional y a estas equivalencias se les denomina intercambios), porque, "además de ser sana y equilibrada, es la que mejor enseña a comer y cambiar los hábitos para que estos perduren en el tiempo, siempre bajo el seguimiento de un profesional sanitario, a diferencia de las otras".

Entre las recomendaciones de la dieta mediterránea, que debe acompañarse de ejercicio físico, se encuentran consumir alimentos de origen vegetal en abundancia (verduras, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos); pan y cereales procedentes de la pasta y el arroz, preferiblemente integrales; tomar a diario productos lácteos bajos en grasa; ingerir carne roja de forma moderada, pescado azul una o dos veces por semana y huevos tres o cuatro; agua como bebida principal, comenta la vicepresidenta segunda de la Asociación Método por Intercambios, Joima Panisello.

Por su parte, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria aconseja que la distribución de una dieta equilibrada sea del 50-55 por ciento de hidratos de carbono, 15-20 por ciento de proteínas y del 30-35 por ciento de grasa.