Signos de alarma de linfedema

Brazo, codo, linfedema
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Actualizado: sábado, 17 octubre 2015 11:41

   MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -

   La sensación de pesadez de un miembro, normalmente el brazo; el hinchazón; los cambios en la elasticidad de la piel; y la sensación de quemazón o picazón son los principales signos de alarma de la presencia de linfedema, una patología crónica, progresiva e invalidante que se caracteriza por el aumento de volumen y que puede ser causa de "graves" secuelas funciones.

   "El edema comienza siendo blando, y se recupera con el reposo y cuando se mantiene en alto el brazo. Progresivamente, ese edema no cede del todo y se convierte en un edema duro que origina una sensación de pesadez y en ocasiones de dolor. La piel pierde elasticidad y su brillo natural", ha comentado la doctora del servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, Carmen Iglesias, con motivo de la celebración, el próximo 19 de octubre, del Día Contra el Cáncer de Mama.

   Ante estos síntomas, se debe acudir a un especialista para que valore la situación. "La paciente siempre debe ser valorada por el servicio de Rehabilitación donde comienza el tratamiento conservador mediante presoterapia y drenajes linfáticos. De forma conjunta, se trabaja con los especialistas en cirugía plástica, que son los que llevan a cabo las intervenciones quirúrgicas encaminadas a mejorar los síntomas. Cuanto más precoz es la consulta, mejores son los resultados", ha añadido la experta.

PREVENIR EL LINFEDEMA TRAS EL CÁNCER DE MAMA

   Por ello, la prevención de la aparición del linfedema se debe realizar en todas los pacientes que han sido sometidas a una intervención de su tumor de mama con extirpación de ganglios linfáticos.

   En este sentido, el tratamiento quirúrgico consiste reestructurar la función del sistema linfático, donde las técnicas de microcirugía son un gran aliado. Para resolver el linfedema en las primeras fases se puede hacer una anastomosis linfovenosa, que consiste en unir, mediante supra-microcirugía, un vaso linfático superficial a una vena superficial.

   Es una intervención poco dolorosa que se hace de forma ambulatoria o con ingreso de un día y, tras dos semanas de reposo relativo, a la tercera semana la paciente puede ir incorporándose a su vida cotidiana poco a poco.

   Otra de las técnicas que se utilizan para resolver el linfedema es la transferencia microquirúrgica de colgajos de ganglios linfáticos. "Con esta técnica se forman o generan nuevos conductos linfáticos como vía alternativa de drenaje linfático para el miembro afectado. Consiste en el trasplante de ganglios linfáticos de otra localización, como el mentón, la clavícula o la ingle, a la zona afectada. Esta técnica está indicada para los casos más crónicos de la enfermedad", ha detallado Iglesias.

   Al contrario de la anterior, el postoperatorio es más lento y requiere entre cuatro o cinco días de ingreso, más dos semanas de reposo. La actividad cotidiana se empieza a recuperar a partir de la cuarta semana.