El 2% de mujeres con enfermedad mental trabaja, el 8% está casada, y un 13% vive en pareja o hijos, según un estudio

El 2% de mujeres con enfermedad mental trabaja, el 8% está casada, y un 13% vive en pareja o hijos, según un estudio
MERAKIESTUDIO
Publicado: viernes, 3 mayo 2019 13:08

Realizado por la Asociación Vizcaína de Familias y Personas con Enfermedad Mental, afirma que el 42% "no tiene relaciones o se siente sola"

BILBAO, 3 May. (EUROPA PRESS) -

Una investigación realizada por la Asociación Vizcaína de Familias y Personas con Enfermedad Mental (Avifes) concluye que solo el 2% de mujeres afectadas por estos trastornos trabaja, el 8% está casada y que el 24% tiene descendencia, aunque solo el 13% vive en pareja o con hijos. El estudio concluye, asimismo, que el 42% de las enfermas encuestadas no tiene ninguna relación y afirma estar o sentirse sola.

El informe, titulado #SupportingWomen, presentado este viernes en el marco de una jornada organizada en Bilbao por la asociación, demuestra que "las mujeres con enfermedad mental tienen peores resultados en relación a otras mujeres en lo relativo a su bienestar emocional, relaciones interpersonales, desarrollo personal e inclusión social".

Según la gerente de Avifes, Itziar Ceballos, la calidad de vida de estas mujeres "se ve alterada en los ámbitos, etapas y dimensiones de su perfil e historial a nivel personal, educativo, laboral y relacional" y además "afecta a su propia trayectoria y a la evolución de su enfermedad".

La investigación sostiene que las mujeres con enfermedades mentales presentan "peor calidad de vida por la triple discriminación que sufren, ser mujer,tener una discapacidad y sufrir una enfermedad mental", que se traduce en mayor riesgo de sufrir violencia de género con relaciones tóxicas y de dependencia o trabas a la hora de acceder a la formación, las relaciones sociales o el mercado laboral.

Entre sus conclusiones, el estudio destaca que la calidad de vida de las enfermas mentales "es más baja que la de otras personas, especialmente en todo lo relacionado con su bienestar emocional", capítulo en el que aparecen las peores puntuaciones, debido a "la baja autoestima, el autoestigma relacionado con su dolencia que genera sentimientos de culpabilidad, tristeza, aislamiento y sensación de proyecto vital frustrado y de estancamiento personal".

Además del aspecto emocional, el estudio destaca que sus vivencias en el núcleo de convivencia familiar se caracterizan por "la sobreprotección, la negación y la responsabilidad del cuidado de otros familiares dependientes (ancianos o padres), y la realización en exclusiva de las tareas domésticas". También su empoderamiento de género y su participación son menores, tanto comparado con el de mujeres con otras dolencias importantes no mentales (degenerativas) como con hombres con enfermedades mentales similares.

POBREZA FEMENINA

Ese déficit de participación pública limita, asimismo, su acceso a recursos y también al empleo, "que sienten que no va con ellas". Todo ello se traduce en una menor capacidad de contar con recursos económicos y en una dependencia económica en cuanto a sus ingresos, lo que confirma, una vez más, en palabras de Ceballos, que "la pobreza tiene rostro de mujer, también entre este colectivo".

La tasa de paro entre las mujeres con una enfermedad mental triplica a la de la población en general y el acceso tardío a los recursos asistenciales condiciona asimismo la evolución de su enfermedad y de su salud. "El acceso tardío a los recursos de apoyo social de estas mujeres conlleva situaciones de desprotección y mayores dificultades para aceptar y entender su enfermedad y por tanto conseguir una estabilidad", ha explicado Ceballos.

En cuanto a su empleabilidad, el informe constata que el 12% de las mujeres con alguna enfermedad mental tiene estudios superiores y el 45%, secundarios, pero solo "un 2% trabaja", ha reiterado.

En el estudio han participado 194 personas, 153 mujeres, de las que 93 tenían una enfermedad mental, 21 otra enfermedad importante y 36 ninguna dolencia, así como 41 hombres, todos enfermos mentales y cuyos indicadores muestran similares resultados en cuanto a calidad de vida, aunque no en cuanto a los resultados relacionados con los aspectos sociales o sentimentales, ya que muestran mayor grado de integración o participación.

Entre las mujeres, la combinación de los condicionamientos sociales sobre la imagen, cuyos cánones estéticos pesan más que entre los hombres, la escasez de recursos y los factores añadidos de sobreprotección y hacerse cargo de las tareas del cuidado y hogar, crean entre ellas un déficit en su participación tanto sociales como de acceso a relaciones personales, de amistad o sentimentales.

Al margen de la edad, en el caso de que tengan hijos, la situación más habitual es que no vivan con ellos, ya que solo 9 de las 23 mujeres entrevistadas convivía con ellos en su vida cotidiana y el 13% vive con pareja, frente al 54% de las mujeres con otras enfermedades.

MIEDO SOCIAL

Las participantes han dicho en las entrevistas que "siempre han tenido miedo a expresar sus ideas por el qué dirán o por lo que pensarán de mí" y también afirmaciones en la línea de "no me creía capaz de hacer muchas cosas porque no me atrevía", han asegurado en el estudio las participantes que han revelado "temor a salir de sus círculos más cercanos".

Ceballos ha trasladado a los profesionales relacionados con las enfermedades mentales presentes en la presentación que las entrevistadas les han trasladado afirmaciones del tipo: 'me autoexcluyo', 'mi familia se desentiende', 'tengo miedo al qué dirán', o tendencias a la depresión y a la sensación de "sentirse enfermas", ha enumerado.

Esta negación de su valía y la incredulidad respecto a sus posibilidades de desarrollo que han marcado asimismo sus relaciones dentro de la convivencia familiar, "redundan aún más en su baja autoestima, autovaloración y autoconcepto de sí mismas".

Uno de los apartados en los que se ha hecho especial hincapié ha sido el relacionado con la violencia de género, donde se evidencia que son más vulnerables a la hora de sufrir episodios de violencia de género.

En ese sentido, "en muchas ocasiones no identifican o denuncian situaciones de maltrato debido a las relaciones de dependencia que mantienen, o por miedo a la soledad y al rechazo o por temor a que no se les dé credibilidad". Según la OMS, "tres de cada cuatro mujeres con trastorno mental grave han sufrido en algún momento de su vida violencia en el ámbito familiar o de pareja" ha revelado la gerente de Avifes.

MEDIDAS

Desde Avifes se plantean algunas propuestas para mejorar la calidad de vida de las mujeres con enfermedad mental. Destacan el fortalecimiento y la creación de grupos y espacios de apoyo para empoderamiento de mujeres con enfermedad mental. "Queremos poner énfasis en la creación de espacios con un ambiente de confianza, horarios y servicios concretos y especial dedicación a mujeres con enfermedad mental que desempeñen roles de cuidadoras", puntualiza la Gerente.

En cuanto a la violencia de género, Avifes plantea crear protocolos específicos para detectar estas situaciones. Además, se deben desarrollar formaciones para que las mujeres con enfermedad mental sepan y puedan detectar situaciones de las diferentes tipos de violencia y agresores porque "no suelen ser conscientes de estar viviéndolas".

Entre otras medidas destacan las relacionadas con la mejora de las relaciones personales, la participación y la inclusión social. En la mejora del bienestar material y el desarrollo personal, así como las del bienestar físico, "promoviendo redes de contacto y coordinación entre asociaciones, acciones de concienciación y sensibilización social y la implicación de las instituciones públicas", explica Itziar Ceballos.

Avifes calcula que un 2% la población vizcaína padece actualmente un trastorno mental, lo que significa que existen "en torno a 23.000 personas afectadas en el territorio histórico".

La presentación ha contado con la presencia de responsables del Gobierno Vasco, Diputación de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao y ha sido elaborado con el respaldo de la Fundación BBK.