El Programa del Paciente Frágil ayuda a evitar el deterioro funcional de los pacientes mayores hospitalizados

Dependencia. Geriatría
QUIRONSALUD
Publicado: martes, 27 febrero 2018 17:51

MADRID, 27 Feb. (EUROPA PRESS) -

El Programa del Paciente Frágil, puesto en marcha en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, replicado igualmente en los hospitales universitarios madrileños Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba, ayuda a evitar el deterioro funcional de los pacientes mayores hospitalizados.

El objetivo de esta iniciativa, en la que ya participan unos 700 pacientes, es evitar el deterioro funcional en los pacientes mayores ingresados durante su estancia hospitalaria por una enfermedad o problema de salud para que su situación funcional al alta sea lo más parecida posible a la que tenían en el domicilio de forma previa a su hospitalización.

Y es que, se calcula que más del 30 por ciento de las personas mayores empieza a sufrir deterioro de la movilidad o delirium durante las hospitalizaciones tan sólo 48 horas después del ingreso, debido a que el 95 por ciento del tiempo están en cama o en un sillón, reduciéndose a uno de cada cuatro pacientes los que caminan durante la hospitalización, pese a que menos del 5 por ciento tiene indicaciones médicas de reposo en cama.

"Todos los que trabajamos con personas mayores hemos visto pacientes hospitalizados que, aunque se curan de la enfermedad por la que ingresaron, cuando salen del hospital ya no caminan o se han vuelto incontinentes", ha explicado el geriatra y coordinador del programa, Javier Martínez Peromingo.

En concreto, el programa se inicia cuando el paciente llega a Urgencias y tiene que ingresar en el hospital. En ese momento la enfermera de Urgencias determina cuál es su situación funcional en el domicilio mediante la aplicación de la escala de Barthel. Si el resultado de esa valoración entre 30 y 70 (dependencia leve-moderada), el paciente es incluido en el programa.

FACILITAR EL DESCANSO NOCTURNO

El segundo paso es aplicar una estrategia específica para evitar el deterioro funcional en el paciente. "Todos lo que hemos pasado por un hospital como pacientes nos hemos dado cuenta de que siempre implica una adaptación a unos horarios (medicación, comidas u horas de sueño) que no son los que la mayoría de las personas tenemos. Esto que en una persona joven no deja de ser una molestia, en una mayor puede producirle un perjuicio, por lo que hemos tenido que adaptar nuestra forma de trabajar a nuestros pacientes, y no al revés", ha argumentado Martínez Peromingo.

De esta forma, se favorece el descanso nocturno modificando (siempre en consenso con el equipo médico) los horarios de administración de la medicación, la toma de muestras, constantes y otros cuidados que suelen realizarse última hora de la noche o a primera hora de la mañana; se promueve la continencia con programas de micción programada, acompañando a los pacientes al cuarto de baño cuando lo precisan; se realiza la higiene diaria del paciente en el baño y no se hace uso de los pañales en pacientes continentes.

En este apartado, también se previene el deterioro funcional a través de un programa de movilidad por turno, incentivando a los pacientes a caminar por la unidad -y a sus familiares o cuidadores a acompañarlos- en cuanto su situación clínica lo permite.

"En el convencimiento de que la movilidad de los pacientes es una constante más, hemos instalado unas tabletas en cada cama y, al ingreso del paciente, se le coloca una pulsera de monitorización que se vincula a estas tabletas, transfiriendo a la historia clínica los pasos que anda el paciente, la frecuencia cardiaca y las horas de sueño diariamente", ha relatado el especialista.

De hecho, este sistema, que aprovecha las nuevas tecnologías en beneficio de la salud, sirve de motivación al paciente, sobre todo para la movilidad, y ha conseguido que todo el personal haya normalizado la inclusión de la actividad física y su medida como parte fundamental del tratamiento de los pacientes.

Por último, se ha implantado un plan de prevención del delirium para disminuir el riesgo de cuadro confusional en estos pacientes, en el marco del cual se fomenta la presencia de objetos personales (fotografías o zapatillas de casa) y todas las habitaciones cuentan con un reloj y un calendario para que los pacientes estén orientados en tiempo.

"Se está obteniendo una disminución de la estancia en más de un día y una mortalidad un dos por ciento menor, además de los previsibles resultados de menores úlceras por presión y mejor situación funcional al alta", ha zanjado el coordinador del programa.

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