Claves para afrontar los sentimientos que tienen los cuidadores

Anciana y su nieta
AMICS DE LA GENT GRAN
Actualizado: jueves, 5 noviembre 2015 14:47

   MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Soledad, miedo, tristeza, ira y autocompasión son algunos de los principales sentimientos a los que se enfrentan los cuidadores, aquellas personas que, por "amor, gratitud y altruismo", dedican la mayor parte de su tiempo a cuidar a un ser querido y que "en pocas ocasiones" son valoradas por la sociedad.

   Así lo han asegurado diversos expertos con motivo de la celebración del Día del Cuidador, una jornada organizada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) con el objetivo de ensalzar la labor de estas personas, concienciar a la población sobre la importancia que tiene ayudarles y, a su vez, ofrecerles herramientas para que sepan cómo actuar en determinadas circunstancias.

   En España, tal y como ha comentado el presidente de la Fundación Envejecimiento y Salud de la SEGG, Iñaki Artaza Artabe, unas 2.400.000 personas requieren del cuidado de otra persona, quien normalmente es un familiar y, en el 85 por ciento de los casos, mujeres.

   Una cifra que en pocos años se verá aumentada sustancialmente si se tiene en cuenta que el 18 por ciento de la población actual tiene más de 65 años y, de los que el 25 por ciento son octogenarios, y que en el 2050 el porcentaje se puede situar en el 30 por ciento. Todo esto hará que, por ende, aumente el número de cuidadores.

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   Por ello, tanto la SEGG como el Imserso han querido rendir homenaje a las personas que, en palabras del director general del Imserso, Iñaki Artaza Artabe, dedican su "tiempo, dedicación, esfuerzo y salud" a atender a los familiares o personas cercanas que están en una situación de dependencia.

   "Hay que cuidar a los que cuidan y, más aún, cuando son personas que llevan a cabo una labor fundamental, muchas veces no reconocida por la sociedad", ha insistido el representante del Departamento de Relaciones Institucionales y Comunicación de Procter&Gamble, José Manuel Martín Martín.

   Y es que, según ha avisado la cuidadora y trabajadora social Mª Ángeles García Antón, los cuidadores logran que el que le necesita se sienta acompañado, querido y que tenga una confianza total hacia esta persona. Pero esto hace que el propio cuidador descuide su vida, alejándose de su amigos y familiares.

SE ALEJAN DE SU VIDA SOCIAL Y FAMILIAR

   En este sentido, García Antón, que durante nueve años cuidó a su padre, ha reconocido que la soledad suele invadir al cuidador, quien no tiene ganas de participar en actividades sociales porque su mente "siempre" suele estar en la casa del familiar o de la persona a la que cuida.

   "Llegamos a creer que nuestros amigos no nos comprenden. La preocupación que se tiene y el cansancio hace que se te quiten las ganas de salir y, además, no se quiere ser una molestia para los amigos y familiares ya que llega un momento en el que sólo hablas o del trabajo o de la persona a la que estás cuidando", ha relatado.

   Ante esto, ha destacado la necesidad de "poner límites" al cuidado, saber definir prioridades, buscar ayuda y "no monopolizar" a la persona, la cual "también puede y debe disfrutar" de la compañía de otras personas.

   La tristeza es otro de los sentimientos más comunes que experimentan los cuidadores y que les impide "disfrutar del éxito" que supone cuidar a otra persona. "Esto se combate siendo tolerante con uno mismo y teniendo sentido del humor. Es duro cuando te enfrentas a una situación de higiene por el pudor que te da, pero yo aprendí con mi padre a cambiar el pudor por el amor", ha afirmado García Antón.

   Sin embargo, y a pesar de que se intente evitar, el sentimiento de culpa suele aflorar en estas personas, quienes se suelen situar a diario en el dilema de entre lo que se quiere y se debe hacer. En este punto, la trabajadora social ha señalado los conflictos que pueden haber con la propia familia por ver que sólo uno cuida al familiar dependiente, y ha recordado que "siempre tiene que haber un cuidador principal", pero que debe ser ayudado y dejar que lo sea.

   "El enfado y la ira viene por la sobrecarga de cuidados, por sentirnos atrapados en una etapa en la que no sabes cuándo vas a salir, cuando sabes que no te ayudan otras personas como deberían hacerlo. Esto hace que se sienta también autocompasión por uno mismo. Pero, después de todo, hay que aprender a que cuidar significa luchar por alguien que queremos y saber que tu vida personal pasa a un segundo plano, y que cuidar es una de las experiencias más satisfactorias y conmovedoras que existen", ha aseverado.

   Finalmente, el presidente de la SEGG, José Antonio López Trigo, y el secretario de asociación, Primitivo Ramos, han presentado la segunda edición del 'Manual de buena práctica en cuidados a las personas mayores', y el segundo 'Curso on line para cuidadores familiares y profesionales sociosanitarios', ambos disponibles en la web de la SEGG.

   "Al cuidador no profesional le asaltan enormes dudas sobre si lo que está haciendo es adecuado, de ahí la idea de crear el Día del Cuidador, así como de una serie de materiales informativos y formativos que, de alguna forma, les aporten seguridad para saber que lo que están haciendo es correcto", ha zanjado Ramos.