Las prótesis de rodilla pueden ser menos efectivas para las personas pesimistas

Protesis rodilla
Foto: FLICKER/MIKEBAIRD
Actualizado: viernes, 22 agosto 2014 15:06

NUEVA YORK, 22 Ago. (Reuters/EP) -

   Investigadores de la Universidad McGill en Montreal (Canadá) han observado que las personas pesimistas que tienden a culpar a otros de su sufrimiento y piensan que sus problemas no tienen solución suelen sufrir más dolor tras una cirugía de reemplazo de rodilla para implantarles una prótesis.

   El estudio, cuyos resultados publica la revista 'Pain', no es el primero que relaciona los sentimientos de injusticia personal con periodos más largos de recuperación y una mayor discapacidad después de una lesión, reconocen los investigadores.

   "El dolor es un fenómeno complejo que se ve condicionado por factores biológicos, sociales y psicológicos", dijo el autor principal Esther Yakobov, estudiante de doctorado en Psicología Clínica y uno de los autores de la investigación.

   Sin embargo, la mayoría de estudios que habían mostrado esta relación se habían llevado a cabo con víctimas de lesiones, en los que la externalización de la culpa podría tener más cabida que cuando se trata de un proceso degenerativo como la artrosis.

   En este caso, Yakobov y su equipo analizaron a un grupo de 116 hombres y mujeres con osteoartritis grave, de entre 50 y 85 años, a los que se les había programado una cirugía de reemplazo de rodilla. Todos ellos se sometieron a un cuestionario para evaluar si consideraban que su situación era injusta, si la achacaban a algún motivo en concreto, si les preocupa el dolor y si tenían miedo a no recuperar la movilidad o sufrir una nueva lesión.

   Entre los cuestionarios encontraron declaraciones tales como "todo parece tan injusto" y "estoy sufriendo a causa de la negligencia de otros".

   Por otro lado, con otro cuestionario clínico los pacientes calibraron sus niveles de dolor y función física. Y tras las cirugías, que se produjeron con éxito en todos los casos, los pacientes calificaron su dolor y su movilidad un año después.

   Al comparar los datos, vieron que en la medida en que un paciente consideraba que su vida era injusta y la culpa era de otros, más dolor decían sufrir un año después de la intervención, con independencia de otras variables como sexo, edad u otros problemas de salud.

   Asimismo, a medida que el paciente pensaba más en el dolor y se sentía impotente como consecuencia del mismo antes de la cirugía, más grave parecía ser su discapacidad un año después.

   "Hace una década se informó de que la ansiedad preoperatoria y la depresión influyeron en el resultado después de la cirugía", ha reconocido la doctora Victoria Brander, especialista en rehabilitación del Instituto Ortopédico Northwestern en Chicago, que no participó en el estudio.

   De este modo, el trabajo reafirma la necesidad de centrarse también en las características psicológicas de cada paciente antes de hacer la intervención, ya que "está claro que pueden condicionar la posterior recuperación".

   Los investigadores aún no saben si las personas con una visión más negativa de su vida sólo perciben su dolor como algo peor que el de los demás o si su estado psicológico afecta a la fisiología de la cicatrización y es esto lo que hace que aumente el dolor. En cualquier caso, añaden, también son partidarios de analizar psicológicamente al paciente antes de la intervención, concluyó Yakobov.