El futuro de la investigación en medicamentos para enfermedades cardiovasculares

Corazón
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Publicado: miércoles, 14 marzo 2018 15:11

MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España y la investigación y el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos pasa por la utilización de anticuerpos monoclonales e inhibidores enzimáticos, la incorporación de terapias génicas y el uso de células madre.

Así lo asegura la patronal de la industria farmacéutica en España, Farmaindustria, en un informe publicado con motivo del Día Europeo de la Prevención del Riesgo Cardiovascular que se celebra este miércoles, 14 de marzo, en el que destaca los grandes avances en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares en las últimas décadas.

En concreto, destacan que se está trabajando en el desarrollo de anticuerpos monoclonales con acción hipolipemiante, inhibidores enzimáticos para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y terapia génica dirigida a la reactivación del gen de la telomerasa y la regeneración de cardiomiocitos en pacientes que han sufrido un infarto de miocardio.

De igual modo, hay ensayos clínicos en distintas fases de desarrollo para diversas enfermedades cardiovasculares como la hipercolesterolemia familiar heterocigótica, la hipertensión arterial pulmonar, la insuficiencia cardiaca en población pediátrica y la disfunción ventricular izquierda tras infarto agudo de miocardio.

Además, se estudia el uso de células madre para isquemia crítica de extremidades inferiores en pacientes con diabetes mellitus.

En el informe Farmaindustria también destaca los avances que han permitido los tratamientos farmacológicos en muchas de estas enfermedades, como la insuficiencia cardiaca, donde el uso y combinación de tratamientos innovadores ha permitido una reducción de mortalidad frente a placebo del 63 por ciento, lo que hace que hasta un 60 por ciento de los pacientes sobrevivan cuando hace tres décadas apenas sobrevivían dos de cada diez pacientes.

Además, en su análisis defienden que, aunque algunos de los nuevos medicamentos cardiovasculares sean hasta un 34 por ciento más caros que los ya existentes, pueden reducir el gasto por ingresos hospitalarios un 41 por ciento, por lo que su uso refleja un saldo netamente positivo.