Los farmacéuticos de AP piden no dejar ningún fármaco que contenga nitrosaminas sin consultar antes al médico

Pastillas, fármacos, probióticos.
Pastillas, fármacos, probióticos. - PIXABAY/VNUKKO - Archivo
Publicado: martes, 12 noviembre 2019 14:17

MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP) han aconsejado a los pacientes que no dejen de tomar ninguno de sus medicamentos que contenga nitrosaminas sin consultar antes con su médico.

Así, responden a la retirada por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) de todos los medicamentos que contienen ranitidina vía oral, debido a la detección de impurezas de nitrosaminas, más concretamente de N-Nitrosodimetilamina (NDMA), debido a su clasificación como posible sustancia carcinógena.

"Se recomienda valorar la necesidad del medicamento y en caso necesario, tras evaluación de beneficio-riesgo, llevar a cabo el cambio a Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP), como omeprazol. En caso de querer mantener un anti-H2, hay que valorar la famotidina. En todo caso, es importante recordar que los distintos trabajos publicados hasta la fecha muestran una superioridad de los IBP en la prevención de la lesión gastrointestinal inducida por AINE, una de las principales indicaciones de estos fármacos, en comparación con los anti-H2", explica Rita Puig Soler, farmacéutica de Atención Primaria de Vallcarca-Sant Gervasi (Barcelona) y miembro de SEFAP.

Mediante la coordinación con los equipos de atención primaria, los FAP están intentando trasladar también a la población "un mensaje adaptado y comprensible" con el objetivo de contribuir a difundir "una información unificada de rigor, que no genere alarmas innecesarias y siempre en el sentido de orientar a los pacientes a que nunca hay que dejar el medicamento sin haber consultado antes con su médico, ya que el cambio de fármaco no es urgente".

Las N-nitrosaminas son compuestos químicos utilizados como reactivos de laboratorio, ya sea como antioxidantes en la industria cosmética, como aditivos para lubricantes, o en la producción de combustible para cohetes. Además de como reactivos, las N-nitrosaminas pueden aparecer también como producto de la reacción química de una amina (nitrógeno e hidrógeno) con nitritos (nitrógeno y oxígeno).

Este último caso explica la aparición de impurezas en alimentos cárnicos, productos procesados, algunas hortalizas y verduras, en el agua, en el tabaco y en los medicamentos, a los que seguramente llegan por contaminación de los equipos de fabricación o por reactivos contaminados. Ya sea por ingestión involuntaria o por encontrarse en aditivos y conservantes de los alimentos de nuestra dieta, los nitritos son ingeridos con frecuencia por los humanos, habiéndose calculado un consumo diario mínimo de entre 83 y 100 mg por individuo.

El control creciente de las N-nitrosaminas se debe a que existen evidencias de que la mayoría de las analizadas (alrededor de 300) "poseen actividad tóxica, mutagénica y cancerígena". No en vano, los dos tipos de nitrosaminas volátiles más frecuentes, la NDMA y la NDEA, están clasificadas por la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como carcinógenos categoría 2, "lo que quiere decir que hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos, pero sí suficientes en experimentación animal".