Asepeyo impulsa la impresión en 3D para su uso en traumatología en dos hospitales españoles

Asepeyo impulsa la impresión en 3D para su uso en traumatología
ASEPEYO
Publicado: viernes, 21 abril 2017 13:26

MADRID, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los Hospitales de Coslada (Madrid) y San Cugat (Barcelona) han incorporado la impresión 3D como nueva herramienta en traumatología, una técnica que, impulsada por la mutua Asepeyo, supone un gran avance en el tratamiento de fracturas complejas como la pelvis y las extremidades superiores.

"Se trata de una tecnología que permite en ocasiones modificar los criterios de abordaje quirúrgico, para lograr una mayor eficiencia del proceso, por lo que las expectativas con el avance de los materiales y de la técnica son muy ambiciosas en la patología traumatológica", ha destacado la coordinadora de los Hospitales y gerente del Hospital de Coslada, Isabel García Gismera.

Ambos hospitales han utilizado la impresión 3D para la planificación y resolución quirúrgica de pacientes con fracturas complejas, y en algunas cirugías se ha esterilizado la pieza impresa en 3D para ayudar a moldear el material que fija las fracturas (clavos, tornillos o placas) y, de esta manera, facilitar su correcta colocación.

Además, desde Asepeyo aseguran que sus hospitales están evaluando las distintas utilidades de la impresión 3D, con el fin de dar un salto cualitativo en el servicio a sus pacientes y, por ello, trabajan en el estudio de la fabricación de piezas a medida personalizadas para cada caso, lo que supone un gran avance en el tratamiento de muchas lesiones.

REPRODUCIR A ESCALA NATURAL

Este tipo de impresión permite reproducir a escala natural modelos de huesos con lesiones graves, una práctica que facilita la comprensión y proporciona la posibilidad de evaluar las estructuras óseas fracturadas antes de la cirugía. Además, permite ofrecer al paciente información más detallada de su tratamiento.

En cuanto al proceso de impresión, este se inicia con la captura de la imagen del elemento a reproducir mediante un TAC, para después generar con el correspondiente 'software' una reconstrucción tridimensional de esta imagen en el ordenador. Posteriormente, la impresora 3D imprime una pieza que reproduce con todo detalle y en tamaño real la imagen radiológica.