7 consejos frente a la rosácea, una alteración de la piel incurable pero controlable

Rosácea, alteración de la piel
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Publicado: martes, 26 febrero 2019 8:33

   MADRID, 26 Feb. (EDIZIONES) -

   La rosácea es una alteración crónica de la piel muy frecuente que afecta a la cara, produciendo enrojecimiento y granos en las mejillas, a veces con formación de pus. Es más frecuente en mujeres, en una proporción de casi 3 a 1 con respecto a los hombres, aunque estos suelen padecer formas más graves de la enfermedad. La edad de inicio habitual es entre los 30 y 50 años.

   Así lo afirma en una entrevista con Infosalus Olga González Valle, médico adjunta del servicio de Dermatología del Hospital Universitario de Getafe (Comunidad de Madrid), quien enumera los principales factores de riesgo a la hora de padecer esta enfermedad de la piel: Ingesta de alcohol, comidas o bebidas muy calientes o picantes, exposición al frío y al viento, exposición al sol o cambios repentinos de temperatura, el calor local, el uso de cosméticos (especialmente aquellos que contienen sustancias irritantes), los estados de ansiedad y nerviosismo, la menopausia, algunos medicamentos como los corticoides orales y tópicos y algunos fármacos vasodilatadores.

   La experta añade además que existen varias fases de la enfermedad, por lo que es importante el diagnóstico precoz en la fase inicial (eritemato-telangiectática). "Por tanto, los pacientes con enrojecimiento facial, sofocos, y dilataciones vasculares deben consultar a su médico para instaurar un tratamiento que evite la progresión de la enfermedad", advierte la doctora González.

   Desde la Fundación Piel Sana, de la Academia Española de Dermatología y Venerología, indican que en el desarrollo de la rosácea intervienen múltiples factores, aunque hay dos componentes esenciales:

   .- Los cambios en los vasos sanguíneos que hay bajo la piel, que pueden estar alterados por una predisposición genética, y en respuesta a estímulos externos (exposición solar, alcohol, estrés, temperatura caliente o fría, comidas picantes, por ejemplo)

   .- Inflamación crónica de la piel. Probablemente como consecuencia de las alteraciones anteriores y a la que se suman otros factores (alteraciones de la inmunidad, actividad microbiana).

   En cuanto a la tendencia genética, dice que se ha visto que el 40% de los pacientes tienen una historia familiar de rosácea. "Los síntomas de la rosácea suelen producirse en la zona central de la cara (mejillas, frente, nariz, alrededor de la boca y en el mentón), aunque puede aparecer en otras localizaciones. En la mayoría de los casos los pacientes tienen sensación de calor o ardor en las zonas afectadas", precisa

¿SE PUEDE PREVENIR?

   Sobre si se puede prevenir, la experta del Hospital Universitario de Getafe remarca que no, ni tampoco se puede eliminar completamente. Eso sí, lo que a su juicio sí se pueden prevenir son los brotes o exacerbaciones de la enfermedad.

   En concreto, la doctora González menciona algunas medidas que pueden tomarse para prevenir los brotes de rosácea:

   1- Identificar los desencadenantes: A cada persona le afectan más o menos ciertos factores desencadenantes. Los más frecuentes son el calor, el ejercicio físico, beber alcohol, comer comida picante o caliente, la exposición solar y el estrés. Saber cuáles afectan más a cada paciente puede ayudar a evitarlos y a prevenir un brote de rosácea.

   2- Iniciar un tratamiento precoz: Si se deja evolucionar a formas más severas será mas difícil controlar la enfermedad.

   3- Hidratación cutánea: Se debe aplicar cremas hidratantes a la piel a diario. Los cosméticos con base de silicona son menos irritantes y tienen función barrera.

   4- Evitar productos irritantes: Limpiadores agresivos demasiado ácidos o alcalinos, o productos exfoliantes empeoran la rosácea.

   5- Utilizar crema fotoprotectora: La fotoprotección con factor 50 que cubra además los rayos UVA es esencial para que la enfermedad se mantenga controlada.

   6- Buscar el maquillaje adecuado: Para disimular el enrojecimiento existen maquillajes específicos que camuflan las rojeces gracias a sus tonos verdosos.

   7- Usar champús y geles suaves: de este modo la piel no se irrita con tanta frecuencia, y tampoco los ojos, que suelen ser muy sensibles a la caída de champú en la ducha.

NO TIENE CURA DEFINITIVA

   Por otro lado, la especialista del Hospital Universitario de Getafe (Madrid) explica que la rosácea no tiene una cura definitiva, pero se puede controlar con tratamientos tópicos o sistémicos, dependiendo de su severidad.

   "También existen casos en los que al cabo de unos años la rosácea desaparece sin causa aparente.*En los casos leves se realizan tratamientos tópicos, como el metronidazol o antibióticos como eritromicina o clindamicina, ácido azelaico, retinoides tópicos o inmunomoduladores con tacrolimus o pimecrolimus", precisa la especialista.

   Los casos severos se tratan con antibióticos orales como doxiciclina, tetraciclinas o eritromicina, retinoides como isotretinoina, y otros, según puntualiza la dermatóloga. En los casos de eritema o telangiectasias persistentes se pueden realizar tratamientos con láser. En las formas severas estaría igualmente indicado el tratamiento quirúrgico, como el rinofima (engrosamiento de la piel en la nariz).