La toxina botulínica aporta mejoras funcionales y estéticas en patologías faciales como el bruxismo

Clostridium botulinum, tóxina botulínica
WIKIMEDIA/CDC
Actualizado: jueves, 12 febrero 2015 11:19

MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

La toxina botulínica aporta mejoras funcionales y estéticas en patologías faciales como el bruxismo, la hipertrofia de los músculos maseteros o la luxación recidivante de la articulación temporomandibular (ATM), según ha mostrado un análisis de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM).

"Cada vez más cirujanos orales y maxilofaciales la utilizan gracias a que tiene pocas contraindicaciones, permite evitar cicatrices y reduce en gran medida el dolor muscular facial", ha comentado la jefa del servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Dolores Martínez Pérez.

La toxina botulínica se utiliza en cirugía oral y maxilofacial para tratar patologías relacionadas con los músculos mandibulares e hiperfunción muscular. Es el caso del dolor miofascial asociado al bruxismo, que se caracteriza por apretamiento de los dientes, daño y abrasión dental, y dolor en las regiones maseterinas, sobre todo de predominancia matutina.

En este sentido, la doctora Martínez Pérez ha comentado que aquellos pacientes que tengan una alta intensidad de dolor o no hayan respondido a los tratamientos a base de fármacos o férulas de descarga, son candidatos a las infiltraciones de toxina botulínica.

De hecho, los autores de una investigación reciente, publicada en 'The Journal of Craniomandibular Practice', aseguraron que la toxina botulínica puede ser utilizada como un tratamiento eficaz para la reducción del bruxismo nocturno y del dolor miofascial en pacientes con bruxismo.

TRATAMIENTO DE LA HIPERTROFIA DE LOS MASETEROS

Por otra parte, la toxina botulínica también se utiliza en el tratamiento de la hipertrofia de los maseteros, unos músculos que se encuentran en la parte lateral de la cara y se extienden entre el arco cigomático y la mandíbula.

"Son músculos cuyo efecto supone el cierre mandibular, y participan en la masticación. La hipertrofia de los mismos se caracteriza por un aumento de la anchura del tercio inferior de la cara así como del volumen de los ángulos mandibulares. El efecto es sobre todo estético ya que algunos pacientes pueden desarrollar un aumento de volumen severo, que puede afectar a uno o ambos lados de la cara, dando aspecto de asimetría o cara cuadrada", ha apuntado el presidente de la SECOM, Javier González Lagunas.

Y es que, prosigue, se ha demostrado que tres infiltraciones de toxina botulínica repartidas a lo largo de un año, consiguen una reducción significativa del volumen así como estilizar y suavizar el rostro, al reducir la asimetría. Además, una investigación alemana, publicada recientemente en la revista 'Plastic and Reconstructive Surgery', señaló que la toxina botulínica tiene efectos clínicos beneficiosos en la reducción significativa del volumen del masetero y así como una mejora en el contorno de la cara.

La eficacia de la toxina botulínica también ha sido demostrada en el tratamiento de las luxaciones recidivantes de la ATM ya que, tal y como ha destacado la doctora Martínez Pérez, disminuye el riesgo de que el cóndilo se vuelva a luxar. Además, se utiliza también para casos de distonías focales, trastornos de tipo neurológico relacionados con movimientos mandibulares involuntarios de apertura.

OTRAS UTILIDADES

Por otra parte, existen pacientes que, tras una cirugía de la glándula parótida, sufren un efecto secundario conocido como 'síndrome de Frey', que se caracteriza por la llamada sudoración gustativa. "Cuando comen notan la aparición de sudoración en la piel de la región más próxima a la oreja y que es la que cubre la zona correspondiente a la glándula ausente", ha afirmado Lagunas.

Lo que ocurre, tal y como ha añadido, es que se produce una redirección de las fibras parasimpáticas, que al no encontrar una glándula salival a quien estimular durante la ingesta, se dirigen a las glándulas sudoríparas de la piel, provocando así la aparición de enrojecimiento y sudoración en la zona intervenido al comer.

"La toxina botulínica ha demostrado mejores resultados y una morbilidad muy inferior en el tratamiento de esta patología que otras técnicas quirúrgicas", ha apostillado, para informar de que un estudio publicado en la 'Revista Española de Cirugía Oral y Maxilofacial' ya demostró la eficacia y seguridad de este procedimiento en el manejo de este síndrome.

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