Un tercio de los pacientes que sufren un ictus descuida su medicación posterior

Ictus, dolor de cabeza, epilepsia
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Actualizado: jueves, 5 abril 2018 13:42

   Profesionales y afectados reclaman más campañas de concienciación sobre el riesgo de segundos eventos

   MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Cada año se producen en España unos 120.000 ataques cerebrovasculares o ictus y, pese a que actualmente ha mejorado la supervivencia, hasta un 30 por ciento de los pacientes deja de cumplir con la medicación prescrita, clave para evitar segundos eventos.

   "Tenemos un problema de comunicación, los pacientes realmente no tienen conciencia de que deben cambiar de hábitos y responsabilizarse de su cuidado", ha defendido el presidente de Freno al Ictus, Julio Agredano, durante unas jornadas de prevención organizadas con el aval de la Sociedad Española de Neurología.

   Actualmente hay identificados una serie de factores como la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol, la fibrilación auricular, el sedentarismo o el consumo de tabaco y alcohol, que si se controlan de forma adecuada pueden reducir hasta un 90 por ciento el riesgo de sufrir un segundo ictus.

   Los más determinantes son la hipertensión y la diabetes, ha reconocido la presidenta de la Asociación Madrileña de Neurología (AMN), Blanca Fuentes, dado que hasta el 80 por ciento de los pacientes que han sufrido un ictus son hipertensos y un 50 por ciento tienen diabetes. Y casi el 10 por ciento de las recurrencias están asociadas directamente a esta enfermedad.

   Cuando un paciente se recupera de un ictus el principal tratamiento es antitrombótico de cara a prevenir nuevos eventos, y puede ser mediante antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes. A ellos hay que sumar el uso de antihipertensivos y estatinas, con el objetivo de mejorar la protección del cerebro.

   Sin embargo, ha lamentado Fuentes, un porcentaje importante de pacientes deja de tomar alguno de estos fármacos con el tiempo. "Es un problema de comunicación, por no haber informado bien a los pacientes, por hablar en términos muy técnicos o delegar en un informe por falta de tiempo. O por no hacer ejercicio de recordatorio o porque el paciente tampoco lo entiende", ha lamentado.

   Además, ha añadido esta neuróloga, el hecho de que los tratamientos en la fase aguda sean más eficaces hace que haya pacientes que se sientan mejor, lo que minimiza la adherencia porque "no le dan la importancia que tiene a la enfermedad".

   "Hay que insistir en que, aunque se hayan recuperado, tienen que evitarlo porque en la siguiente igual no llegan a tiempo o el tratamiento ya no es eficaz. La sensación de miedo a un segundo episodio influye también en la adherencia", según Fuentes.

NO HAY ADHERENCIA A LA MEDICACIÓN, NI AL CAMBIO DE HÁBITOS

   De hecho, junto a la falta de adherencia al tratamiento otro problema aún mayor es la adopción de hábitos más saludables, de los que "se olvidan" muchos pacientes. "Piensan que no va con ellos, y por ello hay que inculcar que tiene el autocuidado", según Agredano.

   "Cuando te sucede, buscas un enemigo, lo identificas y te olvidas del resto de factores. Por ejemplo, muchos pacientes lo asocian al estrés pero, como no pueden controlarlo, lo asumen y dejan de lado la actividad física", ha apuntado.

   El responsable del Plan de Parada Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), Ignacio Lozano, ha defendido el papel que pueden jugar las nuevas tecnologías en el control de muchos factores de riesgo pero la tesorera del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Rosa López-Torres, ha admitido que pese a que puedan influir en la adherencia "no la mejoran tanto como el consejo y seguimiento individualizado".

   "El profesional es fundamental para que el paciente se implique", ha resaltado esta farmacéutica, mientras que la presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), Cristina Avendaño, también ha animado a las autoridades sanitarias a reconocer que "existe un problema con la adherencia" para que lo incluyan en todos sus planes, estrategias y distribución de recursos". "El apoyo a la adherencia es tan importante como el diagnóstico, tenemos mucho margen de mejora", ha sentenciado.