La sordera súbita afecta más a personas entre 40 y 55 años

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Actualizado: lunes, 22 octubre 2018 12:33

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

La sordera súbita idiopática (SSI) es una pérdida auditiva de causa desconocida que se instaura en un período inferior a 72 horas y que afecta en mayor medida a personas de entre 40 y 55 años, con una incidencia de entre 2 y 20 casos por cada 100.000 habitantes al año, según recoge la actualización del consenso sobre el diagnóstico y tratamiento de la sordera súbita idiopática, presentado en el 69 Congreso de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

El trabajo también concluye que, a pesar de la controversia en cuanto su tratamiento, se recomienda utilizar corticoides, que pueden utilizarse por vía oral o intratimpánica, en función del paciente. "La sordera súbita puede suceder de pronto o en el transcurso de unos tres días. Puede ser bilateral en un 3 por ciento de los casos, o presentarse, raramente, de forma secuencial en el oído contralateral", indica el coordinador del consenso, Guillermo Plaza.

Los factores de riesgo son "inciertos", según los autores. "Algunos estudios sugieren que una dieta pobre en vegetales, unos niveles de folato bajos, el síndrome metabólico y la otitis media crónica pueden incrementar el riesgo de sufrirla. Además, la SSI se ha vinculado como factor de riesgo de accidente vascular cerebral posterior e infarto de miocardio, pero no hay acuerdo al respecto", explica Plaza.

Las causas de este cuadro no están confirmadas. De hecho, según datos de la SEORL-CCC, solo se encuentra su origen en el 10 por ciento de los casos tras el diagnóstico. De acuerdo con el trabajo, elaborado por distintos otorrinolaringólogos de la SEORL-CCC, podría deberse a una inflamación vírica de la cóclea, como consecuencia de un virus, como el herpes o el de la gripe; también por una rotura de las membranas laberínticas, fenómenos vasculares o autoinmunidad. "Esta última teoría es quizás la más aceptada y se habla de que en más del 75 por ciento de las SSI tengan una causa inmunomediada", afirma el doctor.

Sobre los factores a tener en cuenta para determinar el pronóstico de la enfermedad, el consenso concluye que son la edad, demora hasta iniciar el tratamiento (días), síntomas asociados, asociación de otras enfermedades, sobre todo cardiovasculares, el tipo de curva auditiva y el grado de hipoacusia al inicio. De ellos, el documento asegura que solo se puede mejorar el pronóstico "mediante un diagnóstico precoz, a través de Atención Primaria".

CONSECUENCIAS Y TRATAMIENTO

En cuanto a las consecuencias de la SSI, el 90 por ciento de los pacientes presentan acúfenos y, entre el 20 y el 60 por ciento vértigo asociado, indica el doctor Plaza. Por ello, destaca que "es importante que los pacientes que presentan sospecha de sordera súbita sean atendidos de forma urgente para descartar enfermedades de origen transmisivo, no neurosensorial, o para reafirmar que se trate de una hipoacusia neurosensorial o perceptiva".

Una vez descartada la causa neurológica y la confirmación de una sordera brusca o súbita, el experto indica que el paciente debe ser remitido "de forma urgente" al otorrinolaringólogo para confirmar causa neurosensorial. Recomienda realizar resonancia magnética de oído (RM) en todos los casos de sordera súbita en los primeros 15 días después del diagnóstico, ya que "puede descartar" una causa definida de la sordera brusca, así como contribuir a aclarar una patogenia subyacente de la SSI".

En cuanto al tratamiento primario, los autores del consenso señalan que el tratamiento intratimpánico con corticoides, tanto primario como de rescate, ha demostrado su efectividad. "En casos tardíos, el tratamiento se discutirá de forma individualizada y si existe sordera severa, en un oído único o con vértigo asociado, se puede ofrecer tratamiento intravenoso con corticoides durante 5 días, vigilando la aparición de efectos secundarios, o incluso sesiones de oxigenoterapia hiperbárica", sostiene el doctor Plaza.

Por último, concluye el documento, cuando no haya respuesta completa a los tratamientos descritos y la hipoacusia no sea suficientemente paliada con audífonos adecuados a la pérdida y, por lo tanto, la audición no sea funcional, debe valorarse la indicación de algún implante auditivo de forma individualizada.