La depresión en los ciudadores de enfermos puede predecir futuros problemas de salud

Mujer pensativa, depresión, deprimida, triste
Mujer pensativa, depresión, deprimida, triste - GETTY IMAGES / ALEKSANDARNAKIC - Archivo
Actualizado: miércoles, 4 septiembre 2019 16:47

MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los síntomas de depresión de las personas que cuidan de un paciente pueden predecir futuros problemas en su salud, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por el Colegio de Enfermería de la Universidad de Kentucky (Estados Unidos), y que ha sido presentado en el Congreso Europeo de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés).

"El cuidado es cada vez más común y exigente, por lo que se debe prestar más atención, especialmente desde el principio, al manejo de los síntomas depresivos en los cuidadores. Deben darse cuenta de que el cuidado personal no es egoísta", han dicho los investigadores.

El trabajo se ha realizado sobre una muestra de 102 cuidadores de unos 58 años de media. Dos tercios de ellos eran mujeres y alrededor del 70 por ciento cuidaba de su pareja. Los participantes respondieron cuestionarios en dos momentos: seis a diez semanas después de que el paciente fuese dado de alta del hospital y un año después.

La proporción general de personas que informaron síntomas de depresión, como falta de apetito o problemas para concentrarse, disminuyó ligeramente en el transcurso del estudio, del 32,4 por ciento al principio del estudio al 30,4 por ciento al final. Asimismo, más de la mitad de los participantes (57,8%) aseguró que no tenían problemas de angustia mental, pero el 20,6 por ciento (o uno de cada cinco) sufrió síntomas depresivos persistentes en el primer año de cuidado.

De esta forma, los expertos comprobaron que la salud mental de las personas con signos crónicos de depresión estaba estrechamente asociada a su salud física, dado que un tercio de los cuidadores en el estudio informaron que su salud física era buena o mala después de un año, mientras que el 43 por ciento dijo que sentía que su salud se había deteriorado.

Concretamente, en comparación con los cuidadores que no tenían signos de depresión, aquellos que sí que los sufrían tenían siete veces más probabilidades de informar problemas con su salud tras llevar un año cuidado a un paciente que había sobrevivido a un ictus. Estas personas también informaron que realizaban tareas de cuidado más pesadas, tenían un escaso apoyo social y problemas familiares.