El reto de la Atención Primaria pasa por "no olvidarse de lo que no es COVID-19" y recuperar la actividad presencial

El coordinador de la Estrategia de Atención Primaria del Principado de Asturias, Pablo Pérez Solís.
El coordinador de la Estrategia de Atención Primaria del Principado de Asturias, Pablo Pérez Solís. - CAPTURA COMPARECENCIA TELEMÁTRICA
Publicado: jueves, 2 julio 2020 11:33

Atención Primaria atendió entre 15.000 y 16.000 pacientes considerados COVID-19, aunque la mayoría sin estar confirmados

OVIEDO, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

El coordinador de la Estrategia de Atención Primaria del Principado de Asturias, Pablo Pérez Solís, ha explicado este jueves en sede parlamentaria que el reto futuro del sistema de Atención Primaria "pasa por no olvidarse de lo que no es COVID-19, recuperando de manera progresiva la atención presencial y lograr un equilibrio entre la seguridad y la accesibilidad a los centros".

"No se debe volver a la situación anterior de masificación pero si buscar ese equilibrio, reorientando el sistema, buscando la manera de ir de manera progresiva hacia la atención presencial, con un aumento de la accesibilidad progresivo y seguro, pero bien orientado", ha indicado Pérez Solís.

En este sentido ha destacado que "la telemedicina no es la panacea y evidentemente la brecha digital está ahí". Preguntado por la apertura de los centros periféricos ha destacado que "considera que es deseable recuperar la red con la que se cuenta pero también sabe que hay dificultades para poder abrir alguno de ellos y dicha apertura se planteará para septiembre".

Ha insistido en que la red de Atención Primaria ha sido pieza fundamental que ha evitado que muchas personas acabaran en el hospital y ahora sigue siéndolo porque es el eje de la vigilancia epidemiológica y es desde allí desde donde se controlan los posibles rebrotes.

Pérez Solís ha comparecido en la Comisión de Estudio de la gestión de la crisis sanitaria COVID-19, explicando el "papel fundamental que en la misma ha jugado la Atención Primaria. Así, ha indicado en la que la atención primaria atendió a entre 15.000 y 16.000 pacientes que se pueden etiquetar como pacientes COVID-19, pero la mayoría de los casos no están confirmados.

Ha explicado que hasta el 11 de marzo no había capacidad para hacer pruebas PCR para todos los pacientes que llamaban a su centro de salud, así que como cumplían los criterios clínicos eran atendidos como tal. Por tanto esa cifra es de pacientes COVID-19, ya sean confirmados o posibles. Además también las altas hospitalarias eran seguidas desde primaria telefónicamente.

Ha hecho repaso por la gestión recordando que el 15 de marzo fue cuando se planteó el modelo actual de Primaria para hacer frente a la pandemia y se dio un giro organizativo "brutal" estableciendo los triajes a la entrada de los centros de salud y con el teléfono como eje fundamental de atención para evitar las consultas masivas y el paso de personas por los centros de salud.

Ha relatado que si bien la actividad asistencial se redujo, se dio un incremento cualitativo, con consultas más complejas, difíciles de abordar y un mayor estrés por parte de los profesionales sanitarios.

Pérez Solís ha explicado que la pandemia del coronavirus supuso un "vuelco organizativo repentino" del sistema sanitario y ha asegurado que la atención primaria va "mucho más allá de ser un muro de contención" de los casos antes de su llegada al hospital y desde el principio el empeño fue "plantear protocolos específicos para primaria más allá de los generales marcados por el Ministerio".

PAPEL FUNDAMENTAL DE LAS ENFERMERAS

También ha comparecido en la comisión la jefa de la unidad de atención al Paciente del Hospital Central de Cruz Roja San José y Santa Adela, María del Carmen Ferrer Arnedo, que ha destacado el papel fundamental jugado por el colectivo de enferemeras y enfermeros en la pandemia.

La compareciente ha propuesto cuatro pilares que a su juicio podrían ayudar en una propuesta de futuro: el primero de ellos la libre elección de enfermeras; el segundo la garantía en la continuidad de la atención en el paciente; el tercero hacer de las enfermeras las líderes del autocuidado y el cuarto pilar incorporar en las valoraciones el nivel de dependencia de los ciudadanos.

A su juicio la gestión de esta grave pandemia ha servido para poner sobre la mesa las fortalezas y debilidades que ha dejado la pandemia en el sistema sanitario. Así, ha destacado que una de esas debilidades pasa por la necesidad de revitalizar la atención presencial.

En este sentido ha indicado la necesidad de repensar la nueva presencialidad y como se les va a explicar y "alfabetizar" a los pacientes que hasta ahora se les decía que había que ir a las consultas.

Así a indicado que si bien la atención telemática y la teleasistencia ha venido para quedarse hay tener "cuidado". "Se les ha acostumbrado y dicho a los pacientes que había que ir a la consulta durante años y ahora se les propone atenderles por teléfono. La consulta telefónica no viene a sustituir la presencial. Nosotros ahora debemos trabajar pensando que el ciudadano quiere ver a su enfermera y por eso hay que pensar lo que hacemos en cada momento sin olvidar la cercanía terapéutica que no se puede olvidar aunque exista la COVID".