¿Cómo reducir la carga asistencial del alcoholismo en los hospitales?

Hombre bebiendo
PIXABAY
Actualizado: miércoles, 13 abril 2016 14:31

   MADRID, 13 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio de la red de hospitales públicos de Portsmouth, en Reino Unido, ha revelado que con un sencillo cribado se puede reducir la carga asistencial en los hospitales de las enfermedades hepáticas relacionadas con el consumo de alcohol, según los resultados presentados en el Congreso Europeo para el Estudio del Hígado que se celebra estos días en Barcelona.

   Teniendo en cuenta que muchos de estos pacientes suelen ser atendidos en los servicios de Urgencias o en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), los autores observaron que al incluir un sencillo procedimiento de cribado universal en todos los procesos de admisión de pacientes agudos para saber si consumían alcohol de forma abusiva permite identificar a quiénes pueden tener más riesgo de daño hepático y necesitan tratamiento.

   Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Europa es la región con un mayor consumo de alcohol, que es la principal causa de enfermedad hepática incluyendo la cirrosis, que causa unas 170.000 muertes anuales (1,8% del todos los fallecimientos).

   Uno de los autores del estudio, Richard Aspinall, asegura que muchos de estos pacientes cirróticos suelen tener un historial de ingresos hospitalarios previos que hace que "se estén perdiendo oportunidades para ofrecerles tratamiento".

   "Este estudio muestra que un cribado universal sobre el consumo de alcohol puede ayudarnos a clasificar a estos afectados según su afectación, y si reciben el tratamiento que necesitan se pueden reducir los eventos adversos en el futuro, con la consiguiente carga asistencial que ello conlleva", ha explicado.

   En su estudio recopilaron datos entre julio de 2011 y marzo de 2014 de más de 53.000 ingresos en las UCI de un importante hospital de Reino Unido, y agruparon a los pacientes en función del daño hepático ocasionado por el alcohol. Un total de 1.122 tenían un riesgo creciente, 1.921 tenían un riesgo alto y el resto se consideraron de riesgo bajo.

   Analizaron información sobre el diagnóstico en el momento del ingreso, el consumo de alcohol, las hospitalizaciones previas, la duración de la estancia y la tasa de mortalidad.