¿Se pueden evitar las enfermedades genéticas en los tratamientos de fertilidad?

Mujer de 35 años con un recién nacido.
Mujer de 35 años con un recién nacido. - CLÍNICA MARGEN
Publicado: miércoles, 9 octubre 2019 12:17

MADRID, 9 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Universidad de Granada y la Clínica MARGen de Granada ha empezado a utilizar el ADN soluble del medio de cultivo de los embriones para la selección de embriones sanos en los tratamientos de fertilidad de mujeres mayores de 35 años.

La nueva técnica, que es pionera en Europa, según afirman desde la clínica, permite evitar la transmisión al niño de alguna enfermedad derivada de una anomalía cromosómica. Así mismo, reduce el riesgo de abortos espontáneos provocados por determinadas anomalías que afectan al desarrollo embrionario y fetal completo.

Tal y como han explicado desde la Clínica MARGen, la frecuencia de anomalías numéricas de cromosomas (aneuploidías) en óvulos humanos aumenta con la edad de la mujer. En mujeres de 35 años o más supera el 50 por ciento y alcanza el 80 por ciento en la edad de 43 años. La mayoría de las aneuploidías producen un fallo de implantación o un aborto, aunque determinadas aneuploidías de algunos cromosomas son compatibles con el nacimiento de un niño afectado por una enfermedad genética. Así, la probabilidad de tener un hijo afectado por una aneuploidía -la más conocida es el síndrome de Down- crece con la edad de la madre y es de 0'26 por ciento a los 30 años, de 0,57 por ciento a los 35 años, de 1'59 por ciento a los 40 años y de 5'26 por ciento a los 45 años.

Tal y como han asegurado, la utilización de ADN soluble recogido de una manera no invasiva del medio de cultivo de embriones permite evaluar todas las células del embrión y evitar los frecuentes errores de las técnicas de biopsia sólida que se utilizan en la actualidad.

Sin embargo, en algunas ocasiones es preciso un análisis directo del ADN del embrión. El ADN para este análisis puede ser obtenido por una biopsia de unas cuantas células del embrión mantenido en cultivo in vitro hasta el día 5 después de la fecundación. Esta intervención, necesariamente, implica la destrucción de las células 'biopsiadas'. Además, en la mayoría de los casos, el ADN extraído de estas pocas células no representa fiablemente el ADN de las otras células del embrión.

"La técnica convencional, además de destruir una parte de las células del embrión, con efectos imprevisibles a largo plazo, es imprecisa y no fiable, porque utiliza muestras de ADN provenientes del trofoblasto (futura parte de la placenta) y no del embrioblasto (futuro feto y niño)", ha explicado el director de la Clínica MARGen, el doctor Jan Tesarik. La paradoja de esta técnica, ha comentado, es que para lograr una precisión absoluta habría que analizar y, por tanto, destruir todas las células de embrión.

Según ha indicado el experto, en la mayoría de los casos, se buscan anomalías numéricas imprevisibles de cromosomas, relacionadas esencialmente con la edad de la madre. Sin embargo, en otros, mens frecuentes, se buscan anomalías conocidas, trasmitidas por la madre o el padre. En estos caso, el análisis se puede efectuar ya en el día 3 después de la fecundación y da resultados "bastante fiables", dado que se conoce el tipo de anomalía buscada y que esta misma será presente o ausente en cualquier célula del embrión.

"Nuestro objetivo es desarrollar técnicas que podrían detectar cualquier anomalía del ADN embrionario de una manera no invasiva en el día 3 despues de la fecundación", ha concluido Tesarik.