La psicoterapia como primer tratamiento del insomnio, antes que los medicamentos

Hombre durmiendo
ALPHA GALILEO/ UNAM
Actualizado: martes, 3 mayo 2016 18:53

   NUEVA YORK, 3 May. (Reuters/EP) -

   Una revisión del Colegio Americano de Médicos (ACP, en sus siglas en inglés) apunta a que la terapia cognitivo-conductual podría utilizarse como tratamiento de inicio del insomnio crónico ya que, aunque no es más eficaz que los medicamentos, supone un menor riesgo para estos pacientes.

"A veces nos olvidamos de que los medicamentos para dormir pueden causar efectos secundarios graves en algunos pacientes, mientras que la terapia cognitiva conductual es de muy bajo riesgo", ha destacado Wayne J. Riley, presidente del ACP, con motivo de los resultados publicados en la revista 'Annals of Internal Medicine'.

   Se estima que del 6 al 10 por ciento de la población de Estados Unidos padece insomnio crónico, considerado como tal cuando se producen tres noches a la semana sin dormir durante al menos tres meses, y la pérdida de productividad que conlleva está valorada en cerca de 63.000 millones de dólares, según sus cálculos.

   En su análisis hicieron dos revisiones centrándose en los medicamentos utilizados para combatir este trastorno y en los tratamientos psicológicos y terapias conductuales que también se usan con este motivo.

   En general, la primera revisión reveló que algunos medicamentos pueden mejorar el sueño durante un período corto de tiempo, pero también tienen más riesgo de provocar problemas de conducta y un mayor riesgo de depresión, de ahí que las agencias reguladoras aconsejen usarlos por periodos cortos.

   Asimismo, la revisión de diferentes psicoterapias evidenció que se trata de una alternativa para mejorar la calidad del sueño al tiempo que presenta un riesgo bajo para los pacientes.

   "Los análisis realizados por separado muestran como los efectos secundarios pueden ser muy graves frente a la terapia cognitiva, cuyos efectos secundarios son mínimos", ha aseverado Riley.

   La terapia cognitiva suele basarse constar de cuatro a seis sesiones de una hora a la semana, en las que se enseñan diferentes técnicas para limitar el sueño y controlar estímulos. Y si no funciona, la ACP ya recomienda recurrir a un breve tratamiento farmacológico.