"El primer paso para hablar de la muerte con otro es preguntarse por ella uno mismo"

Julio Gómez Cañedo
UC
Actualizado: miércoles, 29 junio 2016 14:45

Julio Gómez Cañedo explica en Laredo las claves para comunicarse con personas en etapa de enfermedad terminal

LAREDO, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

El médico y máster en Cuidados Paliativos Julio Gómez Cañedo ha asegurado en Laredo que "el primer paso para poder hablar de la muerte con otro es no tener problema en preguntarse por ella uno mismo", haciendo así referencia a la comunicación con personas enfermas necesitadas de atención paliativa.

Gómez Cañedo, que trabaja en el equipo de cuidados paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce (Vizcaya), participó en el curso 'La enfermedad como oportunidad de crecimiento en cuidados paliativos', celebrado en la Escuela de Idiomas de Laredo, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).

"No voy a poder acompañar a alguien a un sitio donde no me atrevo a entrar", explicó el médico, constatando que hoy en día "no entendemos la muerte como algo natural porque hemos perdido la relación con ella como una parte más de la vida". Gómez Cañedo ha recordado que "los familiares y acompañantes de las personas en situación de final de vida comparten estos mismos temores", por lo que hay que "recuperar la naturalidad del hecho", pero "no pretender que porque sea natural no nos duela".

En palabras del experto, "la generación de nuestros abuelos convivía con el hecho de la muerte", que formaba parte de la cotidianeidad. Gómez Cañedo observa que "al apartarla de la vista e intentar ocultarla, cuando nos llega, no tenemos herramientas para enfrentarla" y en este sentido podríamos "vivir la vida y la muerte de un modo mucho más saludable" y no como una experiencia "traumática y durísima" si fuéramos capaces de "recuperar la naturalidad de la muerte como una parte más de la vida".

El máster en Cuidados Paliativos considera que no hay temas prohibidos en la comunicación con las personas con un pronóstico de vida limitado. "El límite lo pone cada uno", aseguró. "Hay personas que no desean hablar porque se protegen a sí mismos". Sin embargo, también se da el caso opuesto y "hay quienes no hablan porque nadie les ha dado la opción".

Según Gómez Cañedo, hay personas enfermas que no pueden hablar ni con la familia ni con su médico y no encuentran a nadie para descargar lo que les preocupa. "Nosotros estamos a su lado sin huir de las preguntas difíciles", aseguró el médico.

"Antes de despedirse hay cuatro grandes tareas: perdonar, pedir perdón, dar las gracias y decir te quiero", especificó el experto en relación a la preparación necesaria para "despedirse en paz". Gómez Cañedo explicó que si fuéramos haciendo estos "deberes" no todos los días pero "como una ITV", tal vez "el día que nos tocara decir adiós tendríamos menos materia acumulada para el examen final."

En el servicio que presta en el San Juan de Dios de Santurce atienden en domicilio unos 350 pacientes al año. Basándose en esta experiencia, Gómez Cañedo aseguró que "en la medida en que el sufrimiento físico o existencial es más intenso, la muerte es más vivenciada como una forma de poner fin a ese sufrimiento." Por eso, ha considerado que "el gran reto de los paliativistas es cómo aliviar el sufrimiento lo suficiente para que la persona no desee morir sino que acepte el momento que está viviendo."

Sus ponencias en el curso de Laredo, aunque ofrecerán algunas pautas teóricas, están concebidas como "un taller práctico donde vamos a trabajar experiencias manejando situaciones." Así, los alumnos se enfrentan a momentos "en los que es difícil gestionar la comunicación" de las personas enfermas en etapa paliativa.

"Hoy en día montar una clase de educación para la vida y la muerte es un escándalo", ha valorado el médico, que considera que se podría educar para comprender la muerte, el duelo, la pérdida y vinculado a eso el compromiso de cuidado, acompañamiento. Para lograr este objetivo, y aunque "el miedo es libre", insta a "hablar de lo que nos asusta".