Terapia psicológica contra el dolor crónico

Psicólogo
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Actualizado: jueves, 4 mayo 2017 9:30

   MADRID, 4 May. (EDIZIONES) -

   Según los especialistas, el dolor ha de entenderse como una "experiencia sensorial y emocional desagradable que puede estar asociada o no a una lesión". Por tanto, cuando se aborda su tratamiento hay que tener en cuenta que el dolor tiene un componente de sensación y otro emocional; ambos desagradables.

   Así, en el tratamiento del dolor crónico, y partiendo del anterior concepto, los abordajes seguramente más efectivos serán los multidisciplinares, es decir, aquellos que implican diferentes abordajes terapéuticos. Entre estos podemos encontrar: fármacos, pero también, técnicas intervencionistas, rehabilitación o tratamientos psicológicos, entre otros métodos.

   El coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Dolor de la Sociedad Española del Dolor, Antoni Castel, explica a Infosalus que, en un paciente con dolor, en la percepción del mismo, influyen factores tanto físicos como fisiológicos, cognitivos, emocionales y psicosociales.

   "Por un lado se encontrarían los físicos, el tipo de lesión y la zona de afectación. Además, el hecho de tener dolor también provoca una respuesta fisiológica en el sujeto. Especialmente, cuando el dolor se mantiene en el tiempo, pueden producirse procesos de sensibilización, es decir, que el cerebro altere su manera de proceder y produzca modificaciones en la plasticidad cerebral", señala el experto.

   A su vez, el también psicólogo adjunto en la Unidad del Dolor del Hospital Universitario de Tarragona Juan XXIII, apunta a la importancia de los factores cognitivos. "La atención centrada en el dolor, las creencias negativas sobre ese dolor o la baja percepción de autocontrol influirán negativamente en la percepción del mismo y en su evolución. Así pues, si yo pienso que mi dolor tiene unas determinadas consecuencias u otras, ese hecho influirá en cómo lo vivo", avisa el especialista.

   A su juicio, un concepto "muy importante" al considerar el ajuste al dolor es el de "catastrofismo", que consiste en un conjunto de aspectos cognitivos y emocionales que influyen en cómo se afronta ese dolor, y que si es elevado, favorece la cronificación del mismo.

   Después, se encontrarían los factores de tipo emocional. "Un paciente tendrá más dificultades si está en un estado de ánimo bajo, o es muy ansioso, muy nervioso, muy irritable o tiene dificultad para transmitir sus sentimientos", añade el experto. Igualmente, señala que juegan un papel importante los factores psicosociales, y el hecho, por ejemplo, de que el paciente esté aislado de su entorno social o no tenga con quién compartir su situación o lo que le molesta ese dolor.

   "Esa persona tendrá una percepción del dolor peor que el que tenga un entorno social que le apoye. Si tiene problemas psicosociales, además de económicos o laborales, eso también condicionará su percepción del dolor", sostiene Castel.

   Con la idea de que el dolor que tenga una persona estará condicionado por estos factores, el especialista destaca el rol de las intervenciones psicológicas en el tratamiento del dolor, "pero siempre" dentro del contexto de una intervención multidisciplinar. Es evidente que en algunas patologías de dolor crónico o en algunas personas con un perfil concreto, la intervención psicológica estará más indicada que en otras.

   "Dos pacientes distintos con un cuadro de dolor similar pueden tener una percepción distinta del mismo y afrontar mejor o peor su vida diaria o ver más o menos limitadas sus capacidades. Por eso son importantes las terapias psicológicas, en cuanto dotan al paciente de mayores recursos para afrontar su problema de dolor crónico", argumenta el especialista.

TÉCNICAS CUERPO-MENTE PARA EL TRATAMIENTO DEL DOLOR CRÓNICO

   Con todo ello, Castel indica que el tratamiento psicológico del dolor crónico suele implicar una intervención en la que se abordarán aspectos relativos a la información y creencias del paciente respecto de su dolor, a su forma de afrontar el dolor o a la percepción de soporte social. También se procurará entrenar al paciente en determinadas técnicas que le permitan un mejor manejo del dolor.

   "Este tipo de 'mind body therapies' son útiles. Sin embargo, seguramente ganarán eficacia cuando son aplicadas en el contexto de un tratamiento multidisciplinar. Las terapias mente-cuerpo plantean que "la mente" puede influir positivamente en cómo se siente el cuerpo. Son importantes para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente" recoge el especialista. Entre otras, detalla:

    - Terapias cognitivo conductuales: Buscan por ejemplo modificar la percepción de dolor, las reacciones ante el mismo y la manera de afrontarlo. Se utilizan mucho y han demostrado "eficacia", precisa Castel, señalando que no sólo son útiles para el dolor en sí mismo, sino también para tratar los efectos que un cuadro de dolor crónico puede provocar en el paciente, tales como el insomnio.

    - Técnicas psicofisiológicas: Las técnicas de relajación podrían ayudar a estar mejor con el dolor. Entre ellas tenemos las técnicas respiratorias, que permiten una regulación de la respiración y la modulación del dolor; las técnicas de relajación general, que permiten ser consciente de las sensaciones y relajar la musculatura; el Entrenamiento Autógeno de Schultz, una técnica que permite la regulación del sistema nervioso vegetativo; la técnica de Jacobson, aunque es compleja su aplicación en el ámbito del dolor crónico, es muy útil para relajar la musculatura. También están las técnicas de biofeedback, que mediante instrumentos que proporcionan información sobre las reacciones fisiológicas, permiten aprender a regularlas.

    - La hipnosis clínica ayudaría a modular el dolor, aumentando el autocontrol sobre el mismo. Se puede usar para disminuir problemas tanto de dolor agudo como de dolor crónico. "Aunque es una técnica que puede verse con cierto escepticismo ha demostrado eficacia y está en uso en contextos clínicos", agrega.

    - La Meditación y el 'mindfullness' son técnicas que buscan percibir las sensaciones del dolor, centrándose en el momento presente, sin interferir, ni juzgar. Con ello se modifican las reacciones y emociones negativas vinculadas al dolor.

    - Yoga, Tai Chi o Chi Kung son otras técnicas cuerpo-mente que han demostrado de utilidad para el manejo del dolor.