El óxido nítrico es la opción terapéutica idónea para tratar algunas patologías respiratorias y/o cardiacas

Actualizado: martes, 15 septiembre 2015 11:51

MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -

   El óxido nítrico es la opción terapéutica idónea para tratar algunas patologías respiratorias y/o cardiacas, tal y como han asegurado diversos expertos durante el 'Simposium: Utilización del Óxido Nítrico en el paciente de CIP (cuidados intensivos pediátricos)', organizado por Linde Healthcare.

   Durante la jornada se ha destacado que, debido a la gravedad de las patologías existentes, se han desarrollado líneas de trabajo e investigación para abordarlas. En este sentido, los expertos han insistido en que el tratamiento con óxido nítrico puede tener un papel "muy importante" en el tratamiento de ciertas patologías, siempre y cuando esté correctamente indicado. Así, por ejemplo, la indicación principal sería en situaciones de hipertensión pulmonar, trasplante pulmonar y la disfunción del ventrículo derecho.

   "El óxido nítrico permite mejorar la relación ventilación-perfusión, disminuir las resistencias vasculares pulmonares y reducir la sobrecarga del ventrículo derecho", ha apostillado la pediatra intensivista del Hospital San Juan de Dios de Barcelona, Susana Segura.

   A pesar de que contar con la terapia adecuada para abordar las distintas patologías es importante, también lo es la forma de administración de la misma. Y es que, clásicamente el óxido nítrico se ha administrado de manera inhalada a través de la ventilación mecánica invasiva, ya sea convencional o de alta frecuencia.

   "Aunque ésta es la forma de administración más frecuente, también es posible usar métodos de soporte ventilatorio no invasivo, como la presión positiva de dos niveles en la vía área (BiPAP), los equipos de CPAP (presión positiva continua en la vía área), la campana de Hood y las cánulas nasales", ha apostillado Segura.

   En esta línea, Linde Healthcare ha desarrollado un nuevo sistema de administración ('Inomax DSIR') de óxido nítrico que aporta una mayor precisión y seguridad al administrar la terapia. Este sistema regula la dosis de administración del óxido nítrico a la respiración del paciente y hace una adaptación automática a los cambios del flujo del ventilador.

SEGURIDAD EN LA ADMINISTRACIÓN: UN PUNTO A TENER EN CUENTA

   Ahora bien, aunque l administración de óxido nítrico inhalado es eficaz y segura, es recomendable disponer en todas las Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos (CIP) de protocolos de administración y retirada de óxido nítrico para asegurar que se utilice en las indicaciones adecuadas, se retire de forma precoz en los casos en los que no se obtenga respuesta, se mantenga a la mínima dosis eficaz y se realice una retirada gradual evitando el efecto rebote.

   "Es fundamental contar con sistemas de administración homologados que cumplan con todos los requisitos que exige la normativa, como monitorizar las concentraciones de óxido nítrico, dióxido de nitrógeno y oxígeno en la rama inspiratoria del paciente, y que aseguren el menor tiempo de contacto entre el óxido nítrico y el oxígeno", ha recalcado la pediatra intensivista de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, Susana Jaraba.

   De hecho, los sistemas deben administrar una concentración de óxido nítrico constante, independientemente del respirador que estemos utilizando. "Es esencial también que permitan continuar con la administración de óxido nítrico durante la ventilación manual y los traslados para no interrumpir de forma brusca el tratamiento. Asimismo deben contar con una batería de emergencia y una bala de óxido nítrico de reserva para permitir una sustitución rápida", ha apostillado Jaraba.

   Por último, se ha hecho hincapié en que si se exceden las dosis recomendadas "aumentan" los efectos tóxicos. Además, si se administra en pacientes en los que está contraindicado puede "empeorar" la enfermedad de base. Y, por último, si se interrumpe su administración de forma "brusca" puede provocar un efecto rebote "grave" con afectación severa de la oxigenación, aumento de la presión pulmonar o, incluso, disminución del gasto cardiaco.