Osteoporosis, menopausia precoz o problemas psicológicos, principales efectos secundarios de superar un cáncer de ovario

Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 21:00


MADRID, 19 May. (EUROPA PRESS) -

El mayor riesgo de osteoporosis, la aparición de una menopausia precoz y los problemas psicológicos están entre los principales efectos secundarios tras superar un cáncer de ovario y, en muchos casos, no son tenidos en cuenta tras la curación de estas pacientes.

Así lo han puesto de manifiesto los asistentes a la II Jornada de pacientes afectadas por estos tumores organizada por la Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario (ASACO), en colaboración con Roche, de ahí que sea necesario realizar un seguimiento de estas pacientes para intentar que estos u otros problemas no acaben condicionando su calidad de vida.

Las pacientes afectadas por un cáncer de ovario, del que se detectan unos 3.000 nuevos casos al año, suelen someterse a una intervención quirúrgica y la mayoría reciben también un tratamiento con quimioterapia, lo que puede tener consecuencias a nivel ginecológico como el desarrollo de menopausia precoz, sobre todo teniendo en cuenta que en hasta un 17 por ciento tienen menos de 40 años en el momento del diagnóstico.

Asimismo, en las pacientes que ya la tienen "pueden agravarse los síntomas de la menopausia", lo que hace que su riesgo de osteoporosis también sea mayor y, por tanto, sea necesario realizar una monitorización exhaustiva de la salud ósea "para tomar las medidas terapéuticas oportunas y evitar así riesgo de fracturas", ha defendido la doctora Eva Guerra, oncóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid.

Por otro lado, según añade, las resecciones intestinales extensas pueden dar lugar a alteraciones digestivas como distensión y dolor abdominal o náuseas y vómitos ocasionales.

Otro de los efectos colaterales de un cáncer de ovario también puede ser la extirpación de los ganglios pélvicos, que puede traer como consecuencia el desarrollo de linfedema, un cúmulo de líquido linfático por sobrecarga o deterioro del sistema de drenaje.

Según esta experta, el linfedema puede traer graves consecuencias que afectan a la calidad de vida de las mujeres que lo padece, generando además alteraciones psicológicas como ansiedad, pérdida de la imagen corporal, dificultades para encontrar ropa adecuada y en ocasiones alteración de la vida laboral secundarias al desarrollo de complicaciones como infecciones.

Pero las pacientes diagnosticadas y tratadas por un carcinoma de ovario pueden presentar efectos que no afecten solamente al terreno físico. La esfera psicológica, espiritual y social también puede verse afectada ya que muchas experimentan ansiedad, depresión, sentimiento de culpa por un diagnóstico tardío, así como incapacidad para el desarrollo de una vida profesional como previamente realizaban.

"Promover hábitos de vida saludable, la realización de ejercicio físico así como el apoyo psicológico necesario, son herramientas fundamentales para mejorar la calidad de vida de estas pacientes", concluye la doctora.

EL APOYO PSICOLÓGICO, UN FACTOR DETERMINANTE

Por su parte, la vicepresidenta y psicooncóloga de ASACO, Soledad Bolea, reconoce que la información que una mujer recién diagnosticada recibe sobre esta patología también es fundamental a la hora de saber enfrentar la enfermedad.

"Sentir y saber que no está sola, que hay más mujeres que pasaron por la misma situación y lo superaron ayuda a sentirte más fuerte, más capaz", asegura.

El momento del diagnóstico suele ser uno de los momentos más críticos y, por tanto, el momento en que se hace más necesario el acompañamiento de psicólogos o psicooncólogos, ya que son relevantes para controlar el miedo, la tristeza, la indefensión y la incertidumbre. "Es importante la detección de trastornos emocionales en la primera etapa para que luego no se cronifiquen", recuerda.

En esta misma línea, cabe destacar la atención psicológica a los familiares, quienes tienen especial relevancia en el momento del diagnóstico y a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. "Ellos son la pieza clave para garantizar las sucesivas adaptaciones del afectado y los diferentes estados que se suceden a la hora de afrontar la enfermedad", asegura Bolea.

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