Goya y cómo la pintura le salvó y le sirvió de terapia frente a la enfermedad

Francisco de Goya.
Francisco de Goya. - FLICKR/CEA +
Actualizado: miércoles, 30 diciembre 2020 22:09

   MADRID, 30 Dic. (EDIZIONES) -

   Francisco de Goya y Lucientes es uno de los mejores pintores españoles de la Historia. Cuentan los expertos que su evolución estilística no es convencional, y lo achacan a su difícil vida y diferentes enfermedades que padeció, sobre las que aún no hay consenso.

   Siempre fue un adelantado a su tiempo, creando obras llenas de personalidad, y sin ser nada convencionales, donde ofrece un espacio al subconsciente del ser humano, a través de unas imágenes impactantes y misteriosas, por ejemplo, en su característica etapa de las 'Pinturas Negras', con obras como 'Saturno' en la que un hombre aparece devorando a un hijo, o 'Aquelarre', entre otras.

   El Museo del Prado cuenta que en 1819, siendo el pintor de la corte de Fernando VII, compró una casa de campo, conocida como 'La Quinta del Sordo', al otro lado del río Manzanares (Madrid). Hasta entonces sus pinturas habían sido en su mayoría joviales, coloridas, mostraban escenas cotidianas de la vida, pero parece ser que sufrió otra grave enfermedad.

   Cuando recobró la salud, llenó las paredes de las dos salas principales de su finca con tremendas escenas, una colección llamada finalmente de las 'Pinturas Negras', con temas de tiempo y muerte, destino y maldad humana, colores oscuros e imágenes macabras. Posteriormente éstas fueron arrancadas y hoy cuelgan de las paredes de la pinacoteca española.

   "Hay diferentes teorías sobre cómo la pintura sirvió de salvoconducto a Goya ante las adversidades de su vida. Perdió a cuatro de sus cinco hijos, así como a su mujer. Se quedó viudo y enfermó en varias ocasiones, todavía no está claro de qué; aparte de que vivió la guerra y tuvo que trabajar duramente para ser reconocida su obra, al mismo tiempo que se quedó completamente sordo", relata en una entrevista con Infosalus el residente de Psiquiatría de tercer año en el Hospital Ramón y Cajal (Madrid), Andrés Rebollo, quien ha presentado un poster sobre Goya y la pintura como terapia en su vida en el XXIII Congreso Nacional de Psiquiatría.

   A su juicio, lo que está claro es que la enfermedad acompaña a Goya toda su vida, obligándole a sufrir episodios de suma gravedad y severas secuelas, físicas y psicológicas, que determinarán el devenir de su obra.

   "Existen evidencias, cartas e historiales médicos, que demuestran que padeció a lo largo de su vida episodios de picos febriles, alteraciones sensoperceptivas, alucinaciones, cefaleas y pérdida de audición, entre otros. Se han sugeridos diagnósticos como el síndrome de Susac, el síndrome de Cogan, la intoxicación por plomo, el trastorno bipolar o la esquizofrenia como posibles causas. Sin embargo, actualmente no existen evidencias suficientes que permitan discernir una etiología definitiva", mantiene.

   Este joven nacido en León, y de 27 años, confiesa que siempre se ha sentido muy atraído por el Arte y por la figura de Goya. Actualmente, se encuentra cursando un máster de la Universidad Complutense de Madrid sobre Psicoanálisis y teoría de la cultura, para el que igualmente ha realizado un trabajo sobre esta temática. ¿Por qué hacerlo? Por que considera que "la Psiquiatría tiene mucho que decir, desde el prisma del psicoanálisis, sobre esta evolución artística del pintor español y cómo la pintura le pudo servir en una vida tan traumática y compleja como la suya".

   "Hay muchas teorías sobre si Goya tuvo algún tipo de enfermedad mental (bipolaridad) o problema psiquiátrico que justificara Las Pinturas Negras, unas obras muy llamativas y chocantes con respecto a su actividad anterior. No tenía enfermedad mental grave, sino que fue un genio sin precedentes con una capacidad de introspección brutal, algo que le permitió plasmar en sus imágenes la muerte, el más allá, todo ese psiquismo del hombre", subraya.

VERBALIZAR EL TRAUMA ES NECESARIO

   Según resalta, Goya coqueteó con la muerte en varias ocasiones a través de múltiples brotes de una enfermedad sobre la que todavía hoy los clínicos no se ponen de acuerdo, así como por las diferentes vicisitudes que tuvo que superar en la vida. "Todo ello le aportó una visión de la realidad funesta, muy oscura, que supo plasmar en sus Pinturas negras. La necesidad de dar forma a los eventos traumáticos es una forma fundamental para evitar toda la psicopatología posterior. Gracias a la pintura consiguió crear un relato y dar forma a esas emociones que el sintió, para después poder asimilar y aceptar lo vivido", reconoce Rebollo.

   Éste va más allá y destaca que todas las personas en algún momento de nuestra vida, como en el momento actual de pandemia, vivimos diferentes emociones, angustia, ansiedad, situaciones que debemos verbalizar para no enfermar y sí superar. "Si no le das forma y estructura a través del lenguaje puedes enfermar. Algunos transmiten lo que sienten a través de la Literatura, escribiendo lo que sienten, otros verbalizándolo, hablándolo con su pareja, o con un experto, mientras que otros, como Goya, lo supo canalizar a través de la pintura", sostiene el residente de tercer año de Psiquiatría.

   Con ello, insiste en que Goya a través de la pintura pudo estructurar y materializar esos eventos traumáticos que vivió, y la pintura le permitió crear un relato para entender lo vivido y sobre todo para aceptarlo. "Éste es el gran hito de Goya, el gran éxito de sus pinturas, y por lo que todavía hoy nos conmueven. Hay algo suyo en ellas que va más allá, y nos une a él. Se aprecia en ellas la angustia de un hombre que ha vivido lo indecible y te capta porque te sientes reflejado en sus personajes, vives el malestar de esas imágenes negras, bizarras, macabras. Es el hilo conductor que conecta Goya con la actualidad", agrega.

   También mantiene que la obra de Goya abre una puerta al psicoanálisis en sus obras, y recuerda cómo Freud en el siglo XX, "el iniciador del psicoanálisis", tiene mucho que ver con el artista español: "El ser humano no es sólo lo que vemos por fuera, sino también lo que hay dentro, aunque es primitivo y desagradable, también nos constituye. Goya, por primera vez, trabaja con esos conceptos".

   Después, señala que nos hemos dado cuenta de que el ser humano padece, tiene traumas, vivencias escondidas que intenta no recordar, impulsos vitales de carácter sexual, tanático, que intentamos esconder pero que en realidad están ahí. "Goya dice, cuidado, atentos, no es todo lo que parece por fuera, y nosotros tenemos dentro a un 'Aquellarre', a un 'Saturno' devorando a su hijo dentro de nosotros; por eso Goya es importante y nos explica que hay algo más dentro de nosotros", insiste Rebollo.

   "Cuando un paciente sufre un evento traumático, cuando no consigue verbalizarlo y lo reprime, tiene lugar la aparición de síntomas como la ansiedad, el insomnio, las adicciones o la psicosis, por ejemplo. El hecho de entender lo vivido y poder darle forma, hacerlo palpable, te permite comprenderte a ti mismo, entender y a aceptar lo que has vivido. En definitiva, no enfermar", sentencia el residente de Psiquiatría.