Experto destaca la importancia de la biopsia de la médula ósea para el diagnóstico de patologías hematológicas

Actualizado: jueves, 5 abril 2018 12:32

MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

La biopsia de la médula ósea es un recurso diagnóstico "imprescindible" para determinadas enfermedades hematológicas, tanto benignas como malignas, como la aplasia medular o las neoplasias linfoproliferativas, según ha asegurado Luis Hernández Nieto, director de la segunda edición actualizada del libro 'Biopsia de la médula ósea. Perspectiva clínico-patológica', editado por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), con la colaboración de Novartis.

Ahora bien, prosigue, esta exploración es "especialmente enriquecedora" en las insuficiencias medulares, las neoplasias mielo y linfoproliferativas, las neoplasias no hematológicas avanzadas (para confirmar la metástasis medular fundamentalmente) y las gammapatías monoclonales, como el mieloma múltiple.

Para hacer un buen estudio de la médula ósea, el experto ha asegurado que es "fundamental" la cooperación entre hematólogos y patólogos a través de sesiones conjuntas de lectura de las biopsias, a pie de microscopio", destaca el experto.

"Esta colaboración genera un mutuo aprendizaje, enriquece la visión de ambos profesionales y garantiza diagnósticos más precisos. Además, la biopsia de la médula ósea proporciona una visión microscópica de la arquitectura medular íntegra; es decir, se obtiene información del armazón óseo, lo que indica normalidad o anormalidad del hueso", ha recalcado Hernández Nieto.

Asimismo, se puede ver si hay (o no) monotonía celular, lo que llevaría a sospechar una neoplasia hematológica u ósea o una tesaurismosis (acumulación patológica de sustancias endógenas o exógenas en los tejidos debida a algún déficit enzimático).

También es posible observar lesiones especiales, como granulomas (masas más o menos esféricas de células inmunes que se forman cuando el sistema inmunológico intenta aislar sustancias extrañas que ha sido incapaz de eliminar), característicos en enfermedades tales como la sarcoidosis, la fiebre Q o la infección por VIH.

"Finalmente, gracias a los anticuerpos monoclonales, cada vez más específicos, se puede conseguir información certera sobre el origen de la infiltración patológica (generalmente neoplásica)", ha zanjado el experto.