La estimulación cerebral puede ayudar a mejorar síntomas del Tourette no controlado

Cerebro
PIXABAY/GDJ
Actualizado: jueves, 18 enero 2018 9:22

   MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

   La estimulación cerebral profunda (DBS, por sus siglas en inglés) se asoció con una mejoría de los síntomas en un pequeño grupo de pacientes con síndrome de Tourette no controlado, pero también con algunos eventos adversos, según concluye un estudio cuyas conclusiones se publican en la revista 'JAMA Neurology'. La estimulación cerebral profunda es un tratamiento quirúrgico en el que se implanta un dispositivo para administrar estimulación eléctrica a partes específicas del cerebro.

   El procedimiento no está aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para el síndrome de Tourette, pero algunos informes de su uso sugieren que puede ser potencialmente valioso. En 2012, se creó una base de datos y un registro internacional porque solo se realizan un pequeño número de procedimientos de estimulación cerebral profunda para el síndrome de Tourette en todo el mundo y existía la necesidad de organizar toda la información sobre los resultados del procedimiento en un solo lugar.

   En este análisis, se evaluó a 171 de 185 pacientes con síndrome de Tourette no controlado que se sometieron a estimulación cerebral profunda en 2012-2016 en 31 instituciones en diez países. Se estudiaron la estimulación cerebral profunda (exposición); las puntuaciones en una escala de severidad de tics y los eventos adversos.

   El estudio describe los datos de los resultados de un año de los pacientes en la base de datos y el registro internacional de estimulación cerebral profunda. Fue un estudio cohorte/observacional, de forma que se siguió a las personas a lo largo del tiempo, pero debido a que los investigadores no intervienen para los fines del estudio, no pueden controlar las diferencias naturales que podrían explicar los hallazgos del estudio.

TAMBIÉN PROVOCA ALGUNOS EFECTOS ADVERSOS

   Los autores, Michael S. Okun, de la Universidad de Florida, Gainesville, Estados Unidos, y coautores, encontraron que la severidad promedio de los tics mejoró un 45 por ciento un año después de que se implantó el dispositivo de estimulación cerebral profunda. Un total de 56 de 158 pacientes (35,4 por ciento) informaron de eventos adversos, siendo los más comunes disartria (debilidad o dificultad para controlar los músculos del habla) y parestesias (sensación de agujas y alfileres que se clavan), mientras que algunos pacientes sufrieron sangrado en el cráneo e infección.

Los datos provienen de un estudio observacional y se obtuvieron de varios sitios con una falta de criterios de inclusión estándar para su registro; además de haber diferentes técnicas quirúrgicas o enfoques de tratamiento en los distintos sitios que también podrían haber afectado a los resultados.

   Los resultados del primer año de esta colaboración electrónica multinacional refuerzan la noción de que el DBS podría ser un posible tratamiento quirúrgico para pacientes seleccionados con síndrome de Tourette. No obstante, los profesionales deben ser conscientes de la gran cantidad de eventos adversos relacionados con la estimulación y de que es probable que sean reversibles.