Dejar de fumar: un camino de espinas con final feliz

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Actualizado: domingo, 21 febrero 2016 8:33

   MADRID, 21 Feb. (EDIZIONES) -

   Uno de los principales propósitos de Año Nuevo para muchos suele ser dejar de fumar, un objetivo que no siempre se cumple dada la "fuerte dependencia" que causa el tabaco y que hace que las primeras semanas puedan ser difíciles de llevar. Sin embargo, los beneficios a corto y largo plazo son superiores y hacen que merezca la pena.

   "El problema del tabaco es que genera una triple dependencia: física, psicológica y social", ha destacado a Infosalus Francisco Camarelles, del grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).

   La adicción a la nicotina hace que al dejar de fumar aparezca el llamado síndrome de abstinencia, lo que coloquialmente se conoce como el 'mono', que causa en muchos casos ansiedad, nerviosismo, irritabilidad o trastornos del sueño. "Cuando esta sustancia llega por el humo y la saliva hasta el cerebro causa relajación y placer. Por lo que, cuando baja su presencia, el organismo pide más", ha explicado este experto.

   A ello hay que unir la dependencia social y psicológica que también genera su consumo, ya que los fumadores asocian el tabaco a una serie de costumbres adquiridas, como el cigarro con el café o con amigos, a las que cuesta renunciar.

   El doctor Camarelles reconoce que el síndrome de abstinencia suele prolongarse durante dos a tres semanas, mientras que el deseo de fumar "dura más y se va extinguiendo con el tiempo". Lo bueno, según ha apuntado, es que actualmente existe un test que permite predecir el nivel de dependencia de cada fumador.

   Además, ha reconocido que hay fumadores que cuando dejan el tabaco sufren repetidos episodios de tos o ronquera que suelen asociarse al efecto anestésico que causan los alquitranes del tabaco sobre las vías respiratorias. Esto hace que, cuando pasa ese efecto, el organismo "reaccione con tos para limpiar todas las porquerías que ha dejado el tabaco".

MÁS VENTAJAS QUE INCONVENIENTES

   Pese a esta especie de 'calvario' inicial, Camarelles asegura que "esas toses no son nada comparado con los beneficios de dejar de fumar". Los primeros beneficios son inmediatos y causan una mejoría del gusto y el olfato, ya que el tabaco altera ambos sentidos.

   A ello hay que unir una reducción de la presión arterial hasta niveles normales y una disminución de la frecuencia cardiaca, mientras que la temperatura de las manos y los pies aumenta hasta valores normales.

   También mejora la capacidad pulmonar, lo que hace que los ya exfumadores respiren mejor y muestren una mayor resistencia física, ya que "oxigena las arterias causando un beneficio instantáneo", según este miembro de semFYC.

   Además, hay estudios que han demostrado importantes mejoras a largo plazo en dos de los principales riesgos del tabaquismo. Así, durante el primer año se reduce a la mitad el riesgo de infarto y a los 15 años el riesgo de cáncer de pulmón "se equipara con respecto a los no fumadores".

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