El consumo de cannabis puede triplicar el riesgo de sufrir enfermedades mentales

Porro, canuto
Foto: WIROS/FLICKR
Actualizado: jueves, 26 febrero 2015 13:01

MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

   El consumo de cannabis puede triplicar el riesgo de sufrir enfermedades mentales en los individuos vulnerables al consumo de esta sustancia, según ha mostrado un estudio publicado en la revista 'Lancet Psychiatry Journal', que, además, avisa de que la marihuana puede aumentar el riesgo de sufrir un episodio psicótico en personas vulnerables a este consumo.

   Unos datos que, según ha avisado el presidente de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) y psiquiatra del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Nestor Szerman, deberían "preocupar" a los españoles, teniendo en cuenta que en España hay una "gran prevalencia" del consumo de cannabis y que, incluso, están proliferando clubes cannábicos que difunden la idea de que el cannabis es "inocuo" y tiene "efectos beneficiosos".

   En este sentido, la nueva investigación destaca, tras analizar durante seis años a 760 londinenses, que el consumo de las variantes "más frecuentes" del cannabis puede provocar en el 24 por ciento de los casos la aparición de "serias" enfermedades mentales. Además, en personas que la ingieran a diario se multiplica por cinco las posibilidades de padecer alguna de estas patologías.

   Ahora bien, el experto ha matizado que el consumo de cannabis no es una condición ni necesaria ni suficiente para desarrollar psicosis. "Existen individuos con una elevada vulnerabilidad para la psicosis, aunque ésta podría no desarrollarse, salvo que existan factores precipitantes y desencadenantes como por ejemplo sustancias con alta capacidad psicomimética como es el THC, componente psicoactivo importante del cannabis. Variantes potentes del cannabis, conseguidas en ocasiones por manipulaciones genéticas de su cultivo, producen un riesgo enormemente alto para estos sujetos vulnerables", ha recalcado Szerman.

   Asimismo, un reciente estudio genético  indica que en cierta medida, la asociación entre el cannabis y la psicosis se debe a una etiología genética compartida a través de variantes comunes. "Esa investigación sugiere que los individuos con una mayor predisposición genética a la psicosis son más propensos a consumir cannabis y utilizarlo en mayores cantidades", ha apostillado este experto.

MARIHUANA Y PSICOSIS

   En concreto, la aparición de cuadros psicóticos constituye uno de los principales efectos asociados a la marihuana, pero su consumo también puede empeorar el curso de la enfermedad en los pacientes con esquizofrenia y puede producir una reacción psicótica en algunos usuarios.

   De hecho, los expertos consideran que los consumidores de marihuana pueden experimentar una psicosis aguda que produce alucinaciones, delirio y una pérdida del sentido de la identidad personal.

   "Los consumidores de cannabis pueden experimentar psicosis agudas con estados de ansiedad, pánico, alucinaciones, pensamientos paranoides. Los pacientes que realizan una ingesta crónica de marihuana, especialmente los más vulnerables, pueden precipitar o agravar un trastorno psicótico crónico que produce dificultades cognitivas", ha aclarado el presidente de la SEPD. Prueba de ello, continua, es que entre el 30 por ciento y el 40 por ciento de los episodios psicóticos atendidos en los hospitales son de pacientes consumidores de cannabis.

EL 28,6% DE LA POBLACIÓN HA CONSUMIDO CANNABIS ALGUNA VEZ

   España está entre los países de mayor consumo de esta sustancia, ya que aproximadamente el 28,6 por ciento de la población, unos 8,6 millones de personas, reconocen haber consumido cannabis alguna vez.

   De la misma forma, la prevalencia del consumo de cannabis por parte de adolescentes y adultos jóvenes en España se encuentra entre las más altas de Europa.

   De hecho, alrededor del 20 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 34 años son consumidores habituales de esta sustancia, dato que sitúa a España en el cuarto país europeo en cuanto a consumo de marihuana entre los jóvenes, por detrás de República Checa, Dinamarca y Francia. Los últimos datos señalan que uno de cada cuatro jóvenes menores de 15 años ha consumido esta sustancia en el último año.