El cateterismo tras una fístula obstétrica no debe durar más de 10 días

Mujeres en Etiopia
OMS
Actualizado: viernes, 12 enero 2018 11:51

MADRID, 12 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los cateterismos vesicales tras operar una fístula obstétrica después del parto no deben durar más de 7 a 10 días para permitir una completa recuperación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que critica que actualmente este proceso puede alargarse durante más de un mes.

Este organismo de Naciones Unidas ha publicado una nueva recomendación sobre estas intervenciones que, si no se llevan a cabo correctamente, puede causar problemas para la mujer, sus familiares y los profesionales sanitarios, ya que de hecho cuanto más se prolonga más riesgo de infección u otras complicaciones.

Las fístula obstétricas son unas lesiones provocadas durante el parto por una abertura anormal entre el tracto genital y urinario de la mujer, que les impide controlar sus funciones rectales o urinarias.

Este problema se produce principalmente en el África subsahariana (1,6 casos por cada mil mujeres) y en el sur de Asia (1,2 casos por cada mil mujeres), y la mayoría pueden curarse con cirugía, tras la que resulta necesario colocar un catéter para que la cicatríz vaya curando adecuadamente.

Sin embargo, según lamenta la OMS, el periodo que duraba este cateterismo variaba ostensiblemente, entre los 5 y 42 días según el cirujano encargado de realizar la intervención.

Por ello, y como parte del trabajo que este organismo realiza para apoyar prácticas sanitarias basadas en evidencia, su departamento de Salud Reproductiva e Investigación ha elaborado una nueva guía que define el tiempo requerido para que este cateterismo sea eficaz.

Además, recuerdan que es una intervención que puede ser implementada por cualquier cirujano debidamente capacitado y tiene implicaciones directas en los resultados en salud y el gasto sanitario de los países de medios y bajos ingresos.

Sobre todo, según defiende la OMS, porque un periodo más corto ofrece una mayor comodidad del paciente y un riesgo potencialmente menor de infecciones del tracto urinario relacionadas con el catéter, lo que también se asocia con menos cuidados de Enfermería e ingresos hospitalarios más cortos.