Beneficios de la equinoterapia para la salud

Female veterinarian performing chiropractics    A female veterinarian, performing some chiropractics on a horse. XXL size image. Image taken with Canon EOS 1 Ds Mark II and EF 70-200 mm USM L.
Female veterinarian performing chiropractics A female veterinarian, performing some chiropractics on a horse. XXL size image. Image taken with Canon EOS 1 Ds Mark II and EF 70-200 mm USM L. - JAN-OTTO / JAN-OTTO - Archivo
Actualizado: martes, 31 marzo 2020 9:47

   MADRID, 30 Mar. (EDIZIONES) -

   La equinoterapia, hipoterapia o terapia asistida ecuestre es un método terapéutico y educacional que emplea el caballo dentro de un abordaje interdisciplinar en la rehabilitación física, educativa, psicológica, cognitiva, conductual y emocional de las personas que asisten a sesiones de terapia.

   Puede ser útil en casos de discapacidad no sólo intelectual, sino también motora, en personas que han sufrido un ictus, o han tenido un accidente cardiovascular, o que simplemente tienen estrés, depresión, o ya están en la tercera edad, por ejemplo.

   Emplea al caballo como una herramienta de trabajo y como un elemento integrador, rehabilitador y educador, según celebra en una entrevista con Infosalus, Mónica Goya Naranjo, educadora, antropóloga y corresponsable del centro EPONA-UAB de equinoterapia, situado en el campus universitario de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

   Esta experta, que coordina también el postgrado en Equinoterapia de la UAB señala que esta disciplina se nutre de diversas ciencias, como son la fisioterapia, la psicología, la pedagogía o la etología entre otras.

   “La equinoterapia es emplear los beneficios que nos da el caballo, y a nivel físico, por ejemplo, puede aportar nuevos estímulos a los alcanzados con las terapias convencionales. Por ejemplo, a nivel biomecánico, un caballo al paso transmite al jinete hasta 110 impulsos por minuto, hace el movimiento correcto de la locomoción que quizá una persona ha perdido o que no puede caminar, por lo que de esta manera se le engaña al cerebro”, explica.

   Por otro lado, menciona que un caballo está a una temperatura de 38 grados y medio, un calor que se puede traspasar al jinete, y a sus músculos, que puede que estén tensos o espásticos, de forma que así se relajan y se le pueden aportar una serie de estímulos que le permitirán avanzar.

   “La transmisión de impulsos rítmicos. El movimiento del caballo transmite impulsos rítmicos directamente al cinturón pélvico del usuario, de allí, a la columna vertebral y a los miembros superiores e inferiores”, añade. Mientras, y a nivel etológico Goya sostiene que sirve de motivación para chavales con discapacidad o con problemas sociales, ya que sienten que ahí son útiles, pueden hacer algo, cuando fuera igual les resulta más complicado.

   Según valora, la equinoterapia supone un tratamiento complementario, terapéutico y educacional de rehabilitación, basado en la fisioterapia neurofisiologica y en un abordaje multidisciplinar, que utiliza el caballo, al paso, como medio de movimiento.

   En concreto, Goya cita que está indicado para personas con discapacidades físicas y/o psiquicas severas, ya sean congénitas o adquiridas. “Permite salir del contexto de la rehabilitación reiterativa y en un espacio sanitario cerrado, para frecuentar un ambiente totalmente diferente, en otro contexto social, y en contacto con la naturaleza”, subraya.

   Es más, destaca que las personas que hacen equinoterapia no se sienten que están en terapia sino que disfrutan. “Cuando una persona disfruta es más fácil que mejore y adquiera cualquier tipo de conocimiento”, añade Goya.

   También puede ser útil a la hora de buscar diversas soluciones a los problemas de aprendizaje y de adaptación que presentan las personas afectadas por alguna discapacidad, partiendo siempre de la posibilidad de educabilidad, además de para chicos con problemas conductuales, emocionales, salud mental (depresiones, por ejemplo). “Hay hasta profesores o políticos que hacen sesiones de relax”, recalca la experta en equinoterapia.

   Además, subraya que la hipoterapia aprovecha la relación con el caballo para ayudar a personas con problemas a superar sus conflictos y puede ser útil en personas con adicciones, problemas conductuales, con estrés, inseguridades, falta de control de emociones, depresión, trastorno bipolar, así como en personas de tercera edad.

   Según relata Goya, desde EPONA siempre han trabajado a partir de un equipo multidisciplinar de expertos, donde hay fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, veterinarios, educadores, todos ellos formados en equinoterapia. “No hay un programa establecido, se hace el zapato a medida, cada persona es un mundo y no hay síndromes puros”, matiza la especialista.

   Por ejemplo, resalta lo beneficiosa que suele ser la equinoterapia en los casos de autismo, pacientes que se entienden muy bien con los caballos. “El caballo no generaliza, el autista tampoco. El caballo es un pensador visual, el autista también, ambos dos reciben informaciones sensoriales que nosotros no percibimos, y su principal emoción es el miedo al entorno”, indica.

   Entre otras patologías, la terapia ecuestre puede ser útil para casos de parálisis cerebral, tetraparesia espástica, diplejia espástica, hemiparesia, hipotonía y retraso psicomotor inespecífico, lesión cerebral isquémica espástica, tetraparesia mixta e inmadurez visual, lesión cerebral, accidente cardiovascular, icuts, retraso psicomotor, en el síndrome de Smith Magenis, en la Ataxia de Friedreich, en el síndrome de Rett o en casos de acondroplasia, TDAH, dificultades de aprendizaje, trastornos conductuales, ecolalias, deficiente motricidad fina y gruesa, autismo, o disfunciones sensoriales, entre otras.

   Según describen desde EPONA, con la equinoterapia se puede conseguir: Mejorar del tono muscular y del equilibrio, disminuye la espasticidad, adquirir o mejorar el control postural, aprender a relajarse, disminuir movimientos involuntarios, mejora la calidad del movimiento, genera motivación, estimula la afectividad, mejora la atención y la concentración, estimula la sensibilidad táctil, visual, auditiva y olfativa, ayuda al aprendizaje pautado de acciones, aumenta la capacidad de independencia.

   Finalmente, según lamenta Goya, en España a día de hoy falta regulación sobre la profesión y existe muchísimo intrusismo. Para poder impartir equinoterapia debe ser una persona con una profesión de base (fisioterapeuta, educador, psicólogo, pedagogo, por ejemplo) y luego estar formado en el tema del caballo, conocer su biomecánica y etología.

   Se trata de una práctica cada vez más extendida en España, y una de las pocas universidades públicas de España que cuenta con un posgrado en la materia es la Universidad Autónoma de Barcelona, situándose el centro EPONA dentro del propio campus universitario.