La alternativa a la cesárea en los partos de nalgas: la versión cefálica

Parto, bebé, nacimiento, hospital, entuertos
Parto, bebé, nacimiento, hospital, entuertos - GETTY IMAGES / NATTRASS - Archivo
Actualizado: jueves, 28 mayo 2020 12:08

   MADRID, 27 May. (EDIZIONES) -

   Los partos de nalgas son más complejos técnicamente que los partos vaginales en cefálica, aquellos donde el bebé tiene colocada la cabeza boca abajo, apuntando hacia el suelo, aparte de que llevan asociado un mayor número de complicaciones.

   "Los partos de nalgas aumentan de forma general la morbimortalidad perinatal, siendo el riesgo más específico el encajamiento de la cabeza fetal en el estrecho superior de la pelvis", advierte en este sentido la doctora Virginia Prieto Mohedano, ginecóloga de la Clínica HLA Vistahermosa (Alicante) durante una entrevista con Infosalus.

   Según explica esta especialista, conforme avanza la gestación, los fetos se van colocando en presentación cefálica. Y es en el tercer trimestre cuando todos suelen estar bien colocados. Cuando empieza el periodo a término (a partir de la semana 37) es más difícil que cambie su estática porque hay menos líquido, excepto en el caso de multíparas y en el caso de Polihidramnios o exceso de líquido. "Por eso, si persiste la posición de nalgas, será mucho más difícil que se dé la vuelta. Sí que es verdad que pueden cambiar de forma inesperada, pero sobretodo en los casos de multíparas", añade.

   Por eso, la también miembro de la Sociedad de Medicina perinatal de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y de la sección de ecografía obstétrica de esta misma institución remarca que para las gestantes que en la semana 36 tengan al feto colocado en una posición no cefálica, es decir, que no se encuentren encajados con la cabeza hacia abajo, y que no presenten contraindicaciones para un parto vaginal, se les recomienda la versión cefálica.

   Consiste, según concreta la doctora Prieto Mohedano, en un conjunto de maniobras obstétricas que buscan, mediante la manipulación externa del abdomen materno, alejar las nalgas o la presentación no cefálica de la pelvis materna, así como dirigir la versión del feto, y ayudar a que la cabeza fetal se sitúe en la pelvis materna. "De esa manera se convierte la presentación en cefálica", subraya.

   En este sentido, desde el Ministerio de Sanidad recuerdan que son numerosos los organismos internacionales, como la SEGO antes mencionada, el Royal College of Obstetrician and Gynaecologista (RCOG) inglés, y el American College of Obstetrician and Gynaecologist (ACOG), los que apoyan la realización de esta técnica siempre que se disponga de personal entrenado y se realice en un hospital donde se puedan tomar las medidas obstétricas necesarias en caso de surgir alguna complicación.

    "A pesar de esto - según lamenta - la versión cefálica externa no es una técnica que se haya instaurado rutinariamente en nuestro país. Son pocos los centros españoles que la realizan". En este punto, lamenta que el rechazo del paciente a la misma suele provenir de la falta de información sobre la misma, el miedo al procedimiento, la preferencia de una cesárea programada o la preocupación por las complicaciones que puedan surgir durante el proceso.

   "Se trata de una técnica segura, con bajas complicaciones y con claros beneficios para la obtención de un parto vaginal, frente a la realización de una cesárea electiva", añade el Ministerio de Sanidad.

   En este punto, la doctora Prieto Mohedano mantiene que la cesárea electiva por presentación no cefálica se indicará en la semana 39 por lo que, o bien se hace la versión cefálica externa (VCE), o bien se espera hasta esa semana a que haya una versión espontánea del feto, que éste se coloque bien antes de que se produzca el alumbramiento.

   De hecho, el momento idóneo para la realización de esta maniobra se sitúa entre la semana 36 y la 37+6 (días). En el caso concreto de las nulíparas (mujeres que nunca han tenido un parto vaginal) es preferible realizarla en la semana 36, y en multíparas en la semana 37.

CÓMO SE REALIZA LA MANIOBRA

   La miembro de la SEGO detalla en este sentido que el procedimiento debe ser realizado en un hospital o centro que garantice una adecuada asistencia perinatal y, aunque el riesgo de cesárea urgente es "muy bajo", según aprecia, sí ve preciso realizar el procedimiento en un espacio que disponga de acceso al área quirúrgica. Es decir, que tanto la madre como el bebé van a estar controlados en todo momento.

   Entre otras recomendaciones, la ginecóloga de la Clínica HLA Vistahermosa (Alicante) señala que la paciente debe acudir al centro en ayunas; antes de todo, se realiza una ecografía para comprobar la presentación, cómo se encuentra el bebé, así como para valorar la cantidad de líquido y la inserción de la placenta.

   Seguidamente, la doctora Prieto subraya que se debe informar a la paciente de la técnica, de los riesgos y de los beneficios, y después se da el consentimiento informado. "Se valorará la última analítica de la paciente, el grupo sanguíneo y el Rh. Se debe monitorizar al feto mediante un registro cardiotocográfico y se canaliza una vía periférica a la madre para poder administrar tocolíticos (fármacos que frenan las contracciones)", agrega.

   A su vez, sostiene que se vaciará la vejiga materna mediante micción espontánea; se registrará la frecuencia cardiaca fetal cada 30 segundos durante el procedimiento, mediante ecografía o con un monitor de ritmo cardíaco.

   "La maniobra se puede realizar con uno o dos operadores. Consiste en liberar las nalgas de la pelvis y de forma sincronizada guiar la cabeza fetal hacia la pelvis materna. Se realizarán movimientos firmes y sostenidos, pero de forma suave, y evitando siempre los movimientos bruscos", agrega la ginecóloga.

   La maniobra finaliza cuando la cabeza del bebé llega a la pelvis materna. Para ello, la especialista de HLA señala que se pueden realizar varios intentos, aunque la mayoría de las veces se consigue en el primero. "Posteriormente, se realizará un registro cardiotocográfico del feto de una hora y la madre se quedará durante ese periodo de tiempo en observación. Finalmente se administrará la gammaglobulina anti-D si el Rh materno es negativo", agrega.

   En este contexto, mantiene que la paciente debe saber que es un procedimiento que puede ser algo doloroso, aunque breve y bien tolerado. En algunos centros administran analgésicos antes de su realización, ya que estos disminuyen el dolor, mejoran la experiencia de la paciente, así como la aceptabilidad del procedimiento.

   "En general es una técnica de bajo riesgo, aunque la literatura describe un índice de complicaciones de un 6%. La mayoría de las complicaciones que pueden aparecer son leves como alteraciones transitorias del registro cardiotocográfico, rotura de bolsa amniótica, y sangrado vaginal autolimitado. El riesgo de una cesárea urgente es muy bajo, entre 0,35 y un 2%", agrega la especialista.

   Finalmente, la doctora Virginia Prieto Mohedano insiste en que, en general, se trata de una técnica segura, fácil y con poco riesgo de que el feto se dé la vuelta y se coloque de nuevo en posición no cefálica. La mayoría de los fetos mantienen su posición hasta el momento del parto. Es una técnica que reduce el número de cesáreas y aumenta las probabilidades de parto vaginal.