El Vall d'Hebron crea una técnica pionera para integrar grandes injertos de hueso de cadáver en niños

Cirujano Francisco Soldado Del Hospital Vall D'hebron Con Un Paciente
HOSP.VALL D'HEBRON
Actualizado: sábado, 19 noviembre 2011 11:32

Los menores pueden abandonar las muletas y jugar al fútbol con normalidad

BARCELONA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha desarrollado una técnica pionera mundial para integrar grandes injertos de hueso de cadáver mediante un trasplante microquirúrgico de vasos sanguíneos en niños (periostio), tras extirpar un tumor maligno del hueso o un accidente con fractura grave.

En declaraciones a Europa Press, el responsable de Cirugía de la Mano y Microcirugía Pediátrica del hospital, Francisco Soldado, ha significado el "cambio radical" que supone el avance para la calidad de vida de los niños que, de esta forma, pueden dejar de llevar muletas y jugar al fútbol.

La nueva técnica, cuya descripción publica la prestigiosa revista 'Journal of Pediatric Orthopedics', ha revolucionado el tratamiento de los niños que debido a un tumor, accidente u otras razones pierden un segmento de hueso grande --entre 15 y 20 centímetros--.

Hasta ahora estos niños recibían un injerto de hueso cadáver sin más acompañamiento, lo que impedía la integración del tejido muerto y provocaba infecciones en un 20% de los casos y fracturas, en un 30%, ha explicado el iniciador de la técnica iniciada en 2008 y con la que ya se han operado 15 menores, de 4 a 17 años.

"Sobre todo ha cambiado la forma de reconstruir el hueso, teniendo en cuenta que antes lo colocabas y no era resistente y los niños debían llevar muletas", y ahora con la nueva fórmula se consigue revitalizar el hueso y fortalecerlo, lo que cambia de una forma muy significativa la calidad de vida del menor, ha reseñado el experto, que ha presentado la técnica en numerosos congresos internacionales.

La técnica 'made in Vall d'Hebron' consiste en revestir con el periostio --envoltura de vasos vasculares del peroné-- del propio paciente el nuevo hueso injertado uniendo con microcirugía las venas y arterias de la pierna con suturas de 1 y 1,5 milímetros.

El riego de la sangre que nutre las células madre permite la integración normal del nuevo hueso en unos cinco meses de media y "sin prácticamente ninguna complicación", a juzgar por los buenos resultados de las 15 intervenciones realizadas, la mayoría consecuencia de tumores malignos.

El último año hospitales de Estados Unidos, Israel y Egipto han empezado a utilizar la técnica de forma incipiente.