Embarazada rechaza alcohol
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Actualizado: viernes, 14 julio 2017 12:19

   MADRID, 14 Jul. (Reuters/EP) -

   Las mujeres embarazadas que beben refrescos, sin hacer dieta, durante el embarazo tienen más probabilidades de que sus hijos a la edad de los 7 años tengan grasa corporal extra, según ha mostrado un estudio liderado por el investigador de la Escuela de Medicina de Harvard en Boston (EEUU), Sheryl Rifas-Shiman.

   Para alcanzar esta conclusión, los investigadores reclutaron a 1.078 parejas madre-hijo, del Atrius Harvard Vanguard Medical Associates en Massachusetts. Al final del primer y segundo semestre de embarazo, así como durante los primeros meses de vida, los científicos entrevistaron a las madres, mientras que los niños fueron evaluados cuando cumplieron los tres y ocho años. Las madres también completaron cuestionarios por correo cada año para los primeros seis cumpleaños del niño.

   En todas las entrevistas, los investigadores recopilaron información sobre los padres y los detalles del hogar. Además, durante el embarazo, las mujeres respondieron a cuestionarios sobre lo que comían y bebían típicamente, incluyendo cuánto refresco regular y sin azúcar, zumo de fruta, bebidas de fruta y agua que consumían cada día.

   En los niños, el equipo de investigación midió la altura, el peso, la circunferencia de la cintura y el grosor del pliegue cutáneo de cada niño. Con estas mediciones, se calculó el porcentaje de grasa corporal y el índice de masa corporal (IMC), una medida del peso relativo a la altura.

   Cuando los investigadores examinaron los datos recopilados durante el embarazo, encontraron que más de la mitad de las madres habían consumido más de un refresco al día y casi el 10 por ciento habían consumido más de dos. Éstas solían ser más jóvenes, tenían mayor IMC antes del embarazo, menor educación, menores ingresos, tiempos de lactancia más cortos y tenían más probabilidades de haber fumado durante el embarazo.

   De todas ellas, alrededor de un cuarto de los niños tenían sobrepeso u obesidad a mediados de la niñez, y el IMC, la circunferencia de la cintura y el espesor de los pliegues cutáneos eran más elevados entre los niños cuyas madres bebían por como mínimo dos bebidas azucaradas al día.

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