Sólo el 40% de los padres creen que la incontinencia urinaria nocturna de sus hijos sea un problema

Niña durmiendo
WIKIMEDIA/R. CALAMUSA
Actualizado: miércoles, 26 marzo 2014 11:38


MADRID, 26 Mar. (EUROPA PRESS) -

El 40,7 por ciento de los padres cuyos hijos sufren problemas de incontinencia urinaria por la noche, lo que se conoce como enuresis nocturna, cree que este trastorno puede ser un "problema" para los menores, a pesar de que puede tener consecuencias a largo plazo y está considerado como uno de los acontecimientos más traumáticos y penosos de la infancia.

Así se desprende de los resultados de una encuesta 'on-line' llevada a cabo por el Instituto de Investigación Core Research con 1.655 padres de niños de entre 5 y 12 años que padecen este trastorno.

Los autores reconocen que la falta de información de los padres y de sensibilidad hacia el problema revelan la "imperiosa necesidad" de concienciarles sobre la importancia y consecuencias de este desarreglo que, en muchas ocasiones, se mantiene oculto sin diagnosticar, ya que lo consideran un tema tabú y "le quitan importancia al pensar que se solucionará con la edad".

Entre los 5 y 6 años de edad todo niño debería controlar fisiológicamente sus esfínteres y dejar de mojar la cama por las noches, por eso, es a partir de ese momento, cuando se considera que el niño sufre enuresis.

Actualmente se estima que el 90 por ciento de los casos de enuresis están causados por un trastorno fisiológico que puede ser retraso en la maduración de la vejiga o producción nocturna de orina superior a la normal y, de ellos, alrededor de un 85 por ciento se debe a causas hereditarias.

Y sólo el 10 por ciento restante de los casos son achacables a acontecimientos inusuales en la vida del niño, como el retraimiento social, una baja autoestima, la vergüenza, un bajo rendimiento escolar, pesadillas o ansiedad.

Los profesionales sanitarios son claves para determinar las causas de su aparición, según reconocen, ya que puede estar asociado a otras patologías graves como diabetes, infecciones del aparato urinario o malformaciones, y decidir el tratamiento a seguir en cada caso.

Pero lo primero de todo debe ser su diagnóstico, añaden, ya que el retraso en el abordaje y tratamiento de este trastorno hace que la severidad y frecuencia de los síntomas aumente.