La Sociedad Española de Seguridad Alimentaria critica la "falta de claridad" del reglamento europeo de funcionales

Actualizado: martes, 31 julio 2007 22:42


BARCELONA, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Sociedad Española de Seguridad Alimentaria pidió hoy "mayor claridad" en la comunicación del Reglamento europeo de declaraciones nutricionales y propiedades saludables, que afecta especialmente a los alimentos funcionales (aquellos que pueden proporcionar un beneficio para la salud además de nutrición básica) y que desde el pasado 1 de julio debe ser aplicado en todas las comunicaciones publicitarias de la industria alimentaria.

A un mes de su aplicación, la sociedad criticó que "en ocasiones" la normativa utiliza "un lenguaje poco sencillo y lleno de tecnicismos", lo que "impide que los ciudadanos puedan aplicar estas nuevas normas a la hora de ir a hacer la compra".

Por esta razón, la sociedad ha elaborado una guía de ayuda a la interpretación de la legislación, que ya está disponible en la web de la sociedad y de la que está prevista una edición impresa para el próximo mes de septiembre.

En un decálogo, la sociedad explica que, en adelante, el etiquetado de los alimentos deberá llevar especificadas las propiedades nutricionales de los alimentos de una forma adecuada y entendible para todo tipo de públicos.

Además, el nuevo reglamento deberá aplicarse en todos los soportes comunicacionales del producto, es decir, etiquetas, publicidad en prensa escrita y audiovisual, Internet o puntos de venta. Asimismo, constata que "las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables de los productos alimenticios han de tener un aval científico que las respalde".

Según advierte, "los mensajes deben estar redactados con un lenguaje simple y directo, fácilmente comprensible por todo tipo de público" y "el etiquetado de los productos no debe dejar espacio a equívocos y malas interpretaciones".

Por otro lado, "los mensajes de propiedades saludables de los productos alimenticios no pueden aludir a la prevención o curación de enfermedades" y "los consumidores no podrán sustituir los tratamientos farmacológicos prescritos por el médico por ciertos alimentos que apelen a una mejora de la salud o a una reducción del riesgo de enfermedad".