El sistema de salud español no está organizado para atender a los pacientes con enfermedades crónicas, según un experto

Actualizado: miércoles, 20 junio 2007 14:38


MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

Actualmente, el mundo se enfrenta a una epidemia de enfermedades crónicas y el sistema de salud español no está organizado para atender a los pacientes que las presentan, afirmó hoy el experto en temas de salud para enfermos crónicos y ex director de Salud Pública y Sistemas de la Organización Mundial de la Salud, Rafael Bengoa.

Su afirmación, durante la sesión inaugural de los 'Desayunos sobre la sanidad' organizados por la Coalición de Ciudadanos con Enfermedades Crónicas, es una advertencia de lo necesario que es dar un giro en la concepción del sistema de salud, del modelo que se aplica. "Hemos logrado tener un sistema muy bueno en España para atender los episodios de enfermedades agudas o las urgencias y emergencias. Pero estamos lejos de poder gestionar correctamente las enfermedades crónicas", agregó.

Según Bengoa se necesita un sistema de salud que consiga gestionar en primaria y hospitalario a personas que tengan hasta cuatro cinco enfermedades crónicas y "eso no se está haciendo ahora", dijo. "El sistema está perfectamente organizado en contra de los enfermos crónicos, no queriendo, pero en eso estamos".

Pero no es una situación, aclaró el experto, única de España. En sólo 15 años, Polonia aumentó sus tasas e incidencia de hipertensión, diabetes y problemas cardiacos tras el impacto de la globalización. Los productos más vendidos son el tabaco y la comida rápida. En estados Unidos la incidencia de la diabetes ha pasado de un 4% a un 9% en poco menos de 20 años.

LA LÓGICA DEL SISTEMA

Para Bengoa, lo que ocurre es que el sistema de salud está diseñado para tratar al paciente y darle de alta con una lógica de reparar y trasladar. "Si se es un enfermo crónico, en general, se está fuera de la pantalla del radar hasta que se vuelve a necesitar del sistema y así no se puede controlar una enfermedad crónica", sostuvo este experto.

Este experto propuso dos modelos que en la actualidad se están aplicando en Estados Unidos e Inglaterra que buscan "salir de este atolladero". El primero de ellos es de gestión de enfermedades crónicas, con lo que se pretende que el paciente aprenda sobre su enfermedad y sepa como gestionarla, qué le hace falta y cómo evitar las crisis. Sin embargo, "en España el proceso de apoyo a los pacientes crónicos para que puedan gestionar su enfermedad no se ha impulsado como una política".

El otro modelo que es aplicable, según Bengoa, es el de estratificación de riesgo, "que básicamente hace lo mismo que los seguros de coches. Si se tienen varias enfermedades crónicas se les debe prestar más atención que a aquellos que solo tienen una o ninguna".

La idea es evitar que lleguen al hospital con crisis producidas por su enfermedad crónica, si esto ocurre es que algo ha fallado y se debe estudiar el caso. "En nuestros sistemas de salud actuales lo que se hace es atender con una intensidad igual a quien no es un paciente de alto riesgo que a quien sí lo es y si se está intentando siempre hacer todo a todo el mundo pues resultará que hacen falta médicos y la solución no es inundar el sistema con médicos y enfermeros, sino reorganizarlo", sostuvo el experto.

MIGRACIONES Y SALUD

Otro de los temas abordados durante la jornada fue la migración, la salud y las enfermedades crónicas. "En la actualidad la gente no solo está viajando desde lugares más lejanos, sino que para llegar a su sus destinos atraviesa zonas en donde hay enfermedades endémicas", advirtió el director ejecutivo del Centro Internacional para la Migración y la Salud Manuel Carballo.

"Estamos entrando en una globalización económica, pero también de cultura. Y los inmigrantes se han incluido ya en los sistemas económicos de los diferentes países", señaló Carballo.

Según este experto, los problemas de migración y salud están particularmente representados en la salud reproductiva, con altas tasas de embarazos no deseados, partos prematuros y problemas neonatales; enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la neurosis o la ansiedad y las enfermedades trasmisibles, como la tuberculosis.