Actualizado: miércoles, 3 junio 2015 11:10

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

   El riesgo de que se pueda producir algún otro caso de difteria en España a raíz de la infección del menor de 6 años en Olot (Girona) es "extremadamente bajo", ya que en España más del 90 por ciento de la población está vacunada frente a esta enfermedad.

   Así lo ha reconocido en declaraciones a Europa Press el vicepresidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Rafael Cantón Moreno, que ha asegurado que el beneficio-riesgo de la vacunación está más que demostrado ya que las primeras experiencias datan del siglo XIX.

   "Prueba de esa eficacia es que en España no teníamos ningún caso desde 1986", según ha explicado, de ahí la necesidad de seguir protegiendo a los recién nacidos para impedir la aparición de nuevos casos.

   El Ministerio de Sanidad ya ha informado de que todos los contactos del niño han sido revacunados para garantizar que estén protegidos frente a la enfermedad.

   Además, ha justificado que las autoridades sanitarias estén haciendo vigilancia epidemiológica de aquellas personas que hayan estado en contacto con el menor y niega que esto pueda generar un mensaje de alarma para la población.

   "El nivel de contagio existe, pero el hecho de que más del 90 por ciento de la población esté vacunada, incluso más, hace que el riesgo de contagio sea muy bajo", a pesar de que pueda circular el microorganismo causante de la infección: el 'Corynebacterium diphtheriae'.

CONSIDERACIONES CLÍNICAS DE LA DIFTERIA

   La virulencia de la enfermedad está relacionada con la capacidad de elaborar y excretar toxina desde el foco local ya que no produce bacteriemia, según recoge la SEIMC en un documento sobre infecciones del tracto respiratorio superior, lo cual explica las manifestaciones locales y los efectos tóxicos a distancia (miocardio, sistema nervioso, riñón, etc.).

   Las lesiones se localizan en la mucosa respiratoria del tracto respiratorio superior y tras 2-4 días de periodo de incubación, las cepas lisógenas elaboran la toxina que, a nivel local, dan lugar a fenómenos necróticos, inflamatorios y exudativos que condicionan un ambiente propicio para el crecimiento del microorganismo y para que siga elaborando más toxinas.

   Por su parte las células epiteliales necróticas, los leucocitos, hematíes, material fibrinoide y los propios bacilos diftéricos junto a otros microorganismos presentes en la mucosa respiratoria dan lugar a las típicas membranas diftéricas en las que se elabora y libera la exotoxina. Estas membranas en ocasiones producen un auténtico molde del árbol respiratorio.

   Las manifestaciones clínicas tóxicas, a distancia, aparecen tras un periodo latente variable, de 10-14 días para la miocarditis y de 3-7 semanas para las neuritis periféricas.

   Hay que resaltar que es necesario instaurar precozmente el tratamiento con antitoxina ya que esta puede neutralizar la toxina circulante o la toxina absorbida por las células, pero es ineficaz una vez que la toxina ha penetrado la célula.

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