RDCongo.- MSF llama a no "bajar la guardia" porque el brote de ébola en RDC no ha terminado

ébola, Vacuna
NIAID
Publicado: lunes, 10 septiembre 2018 15:20

Las reticencias de los residentes a cooperar con los trabajadores humanitarios, principal obstáculo

MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -

Al menos 90 personas han muerto por el brote de ébola en el este de República Democrática del Congo (RDC), donde hasta el momento se contabilizan 131 casos, de los que 100 han sido confirmados por laboratorio, de acuerdo con el último balance ofrecido por el Ministerio de Salud congoleño. Además, 35 pacientes se han recuperado de la enfermedad.

Pese a que la cifra de nuevos casos parece haberse ralentizado, desde Médicos Sin Froteras (MSF) han hecho un llamamiento a no "bajar la guardia". "Estamos en un punto crucial de la epidemia", ha subrayado la coordinadora de emergencias de MSF en Beni, Berangère Guais. La ONG ha tratado a 83 de los pacientes confirmados del virus, lo que representa el 92 por ciento de los mismos.

"El número de pacientes en el centro de tratamiento se ha reducido significativamente, pero han surgido nuevos casos de varias cadenas diferentes en los últimos días", ha subrayado en un comunicado Guais, apostando por "continuar trabajando con la comunidad para generar confianza y garantizar que todas las personas que presentan síntomas sean rápidamente aisladas y diagnosticadas". "No podemos bajar la guardia hasta que la epidemia llegue a su fin", ha recalcado.

La ONG se movilizó rápidamente, incluso un día antes del anuncio oficial del décimo brote de ébola, haciendo llegar un equipo a Mangina, donde apareció el primer caso y colaborando con las autoridades sanitarias locales para mejorar la situación en el centro de salud de la localidad, totalmente desbordado.

Posteriormente, el 14 de agosto MSF abrió el centro de tratamiento contra el ébola en esta localidad, con capacidad para 68 pacientes y la posibilidad de ampliar hasta 74 si fuera necesario. Además, la ONG construyó a finales de agosto un centro de tránsito con una capacidad para siete pacientes en Makeke, en la frontera entre Kivu Norte e Ituri, la segunda provincia afectada, para hacer frente a varios casos en el área y a la resistencia de la comunidad a ser transferidos hacia Mangina como medida temporal.

Por otra parte, MSF ha ofrecido a los pacientes confirmados una serie de nuevos tratamientos como complemento a los cuidados paliativos de hidratación y tratamiento para los síntomas del ébola, como son la diarrea y vómitos. "Es un gran alivio poder finalmente ofrecer a los pacientes algo más que cuidados paliativos", ha asegurado Patient Kamavu, enfermero del equipo de emergencia de la ONU en RDC.

"Estadísticamente, los pacientes con ébola tienen menos de un 50 por ciento de probabilidades de sobrevivir. Esto es devastador y aterrador para las familias y la comunidad", ha reconocido el enfermero.

LA POBLACIÓN SE NIEGA A COOPERAR

Precisamente, hacer entender a la población la peligrosidad del ébola se ha convertido en el principal reto a la hora de combatir este brote, al margen de la inseguridad imperante en esta parte del país que impide el acceso a algunas zonas y en otras exige que los trabajadores humanitarios vayan escoltados.

"El ébola no existe en Beni", asegura a Reuters Tresor Malala, un residente, sacudiendo la cabeza. "Durante mucho tiempo, la gente enfermaba con fiebre, diarrea, vómitos y se curaban. Ahora tienen fiebre, los envían al centro de tratamiento de ébola y entonces se mueren", sostiene.

Mosaste Kala, un taxista, se muestra igualmente escéptico. "Las únicas personas que mueren son las que van al centro de tratamiento", asevera.

En rueda de prensa este sábado, el ministro de Salud congoleño, Oly Ilunga Kalenga, admitió que "la resistencia de la comunidad es el principal reto en la respuesta a la epidemia". Según su Ministerio, el virus se ha propagado en el distrito de Ndindi, en Beni, debido a que la comunidad se mostraba reacia a cooperar con los trabajadores sanitarios.

El problema, afirma Alain Mulonda, profesor en una escuela en la que muchos de los estudiantes son dejados en casa por sus padres, es que la población local sabe poco del ébola. "Si la población de Beni sigue mostrando esta desconfianza, esta enfermedad consumirá a toda la ciudad", vaticina.