Sociólogo cuestiona la utilidad de prohibir beber al menor

Javier Elzo
UNIVERSIDAD DE DEUSTO
Actualizado: viernes, 30 septiembre 2011 20:18

BILBAO, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -

El sociólogo y catedrático emérito de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, ha cuestionado la utilidad de prohibir beber a los menores cuando "la inmensa mayoría" de las personas lo hace".

Durante su participación en la última jornada del Congreso "Familias, adolescentes, drogas" que se celebra en la Universidad de Deusto, Elzo ha explicado que hoy en día existe "un apuntalamiento del modelo festivo del consumo de alcohol al que va asociado, con demasiada frecuencia, el de las drogas jurídicamente ilegales".

Además, ha señalado que todavía no hay en España "un debate serio y sereno" ante la deriva y consolidación del modo de beber mediterráneo hacia el modelo nórdico.

El sociólogo se ha referido también en su intervención al reciente movimiento 15-M. Para él, su caldo de cultivo ha sido "la situación de cabreo generalizado ante la crisis". "La principal virtud del movimiento 15-M es lo que supone de aldabonazo a una sociedad dormida, resignada, individualista, placentera y que pide a la Administración, además de seguridad, que le proteja del paro y de la enfermedad y le asegure buenas pensiones y mejores salarios", ha reflexionado.

También ha hablado sobre el mundo de Internet en el que están creciendo y socializándose los adolescentes y jóvenes de hoy, porque, según ha afirmado, "sin inInterneto hubiera sido posible el 15-M, ni la (incipiente) primavera árabe, tampoco el rápido auge de la derecha extrema en Francia".

"SOCIALIZACIÓN Y CIUDADANÍA"

El director del Centro Mediterráneo Andalusí de la Universidad Pablo de Olavide, Sami Naïr, ha ofrecido la conferencia de clausura titulada "Socialización y ciudadanía". El experto francés ha comentado que la crisis del modelo de globalización liberal ha favorecido "el auge de un nuevo modelo social antropológico fundamentado en la competencia de los seres sociales, en la individualización, el auge de las identidades particulares y del individualismo, la destrucción de las identidades colectivas".

A su juicio, la consecuencia principal ha sido "la radicalización del individualismo y la pérdida de las referencias sociales colectivas".

Ha advertido de que el nuevo modelo económico, basado en la competencia generalizada, provoca la "exclusión" de las capas sociales más débiles, así como el auge de nuevas patologías sociales y de la crisis de los valores comunes".

Desde ese punto de vista, ha señalado que la única manera de recomponer la solidaridad colectiva estriba en "una concepción renovada de la ciudadanía" que diferencie "lo privado de lo público, poniendo en el núcleo de los valores colectivos la noción de Res Publicae (cosa pública - interés general), la educación en valores, la inserción profesional y el respeto de las singularidades de los individuos".