Los pacientes aprueban con nota a los ambulatorios, pese a las esperas y el corto tiempo de la consulta

Actualizado: viernes, 3 noviembre 2006 18:00


MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los usuarios de los ambulatorios españoles están "notablemente satisfechos" tanto con el trato que recibe del personal sanitario (médicos y enfermeras), como con la capacidad de escucha del médico y su disposición a responder a sus preguntas o dudas, según un estudio de 'Consumer Eroski', realizado sobre centros de 18 provincias. Los más valorados son los de Álava, que obtienen una calificación de "bien-muy bien" y los peores los de Córdoba, cuya situación se considera "regular-aceptable".

El estudio, que ha medido el grado de satisfacción de los usuarios, se basa en una encuesta realizada en julio a 4.700 pacientes mayores de edad de 162 ambulatorios distribuidos en 18 provincias: A Coruña, Álava, Alicante, Asturias, Barcelona, Córdoba, Granada, Guipúzcoa, La Rioja, Madrid, Málaga, Navarra, Murcia, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vizcaya y Zaragoza. Asimismo, técnicos comprobaron, a través de visitas 'in situ', el despliegue y el estado del equipamiento y los servicios de esos 162 ambulatorios. Además, registraron los tiempos de espera y el número de minutos que cada médico concedía de consulta a 3.250 usuarios.

Los aspectos peor valorados fueron la dificultad para conseguir la cita previa, el trato del personal administrativo, el tiempo de espera y la escasa duración de la consulta, que en la prueba práctica realizada no llegó a los diez minutos de media.

La visita realizada por los técnicos a los 162 ambulatorios se saldó positivamente, ya que el equipamiento (no médico) de los centros era el adecuado, si bien en muchos de ellos la accesibilidad para discapacitados, la información al usuario y el despliegue de servicios se valoraron como "notoriamente mejorables".

Según sus autores, el estudio evidencia un "nítido grado de satisfacción" con el funcionamiento de los ambulatorios, como revelan los 7,5 puntos sobre 10 de media global que concedieron a estos centros y al servicio que en ellos reciben. Los aspectos mejor valorados: los vinculados al trato dispensado por los facultativos a los pacientes, entre ellos, la información sobre el estado de salud del paciente y las explicaciones sobre enfermedades (en ambos casos, una media de 7,7 puntos).

Además, según se desprende de la opinión de los encuestados, los médicos saben escuchar. Sólo el 10% de los pacientes suspendió la capacidad de los médicos para escucharles y atenderles, mientras que un 33 % la catalogó como excelente. La valoración positiva se extendió también al trato ofrecido por enfermeras y enfermeros, descrito por uno de cada tres usuarios como excelente. Idéntica proporción otorgó la máxima puntuación a la ubicación de los Centros de Salud de Atención Primaria.

Sin embargo, la dificultad de lograr una cita fue uno de los elementos que mereció más quejas de los encuestados. Uno de cada cinco aseguró que en los centros "tardan mucho en coger el teléfono". El trato del personal administrativo tampoco generó entusiasmo: recibió el suspenso del 13%. Ni el tiempo de espera (uno de cada seis usuarios indicaron haber esperado en alguna ocasión entre media hora y una hora) ni la duración de la consulta resultaron del todo satisfactorios.

SUSTANCIALES DIFERENCIAS POR PROVINCIAS

Los técnicos constataron, cronómetro en mano, que la duración media de la consulta (desde que entraban los usuarios hasta que salían) es poco menos de diez minutos. "De hecho, casi uno de cada tres de los 3.250 usuarios controlados por esta investigación fueron despachados por sus médicos en menos de 5 minutos y apenas uno de cada diez permanecieron en la consulta más de 15 minutos", señala el informe.

El tiempo medio de retraso en la atención al paciente por el médico de cabecera fue de casi 14 minutos, aunque las diferencias entre unas provincias y otras fueron sustanciales. El promedio en Alicante superó la media hora (32 minutos) y en Murcia llegó a 28 minutos. Sin embargo, en Madrid los pacientes apenas tenían que esperar 4 minutos y medio, mientras que en Vizcaya, Guipúzcoa y A Coruña el tiempo de retraso rondaba los 6 minutos de media.

Así, la calificación media final de los 162 ambulatorios examinados es de "bien". Sólo los de Córdoba rozan el suspenso con un regular-aceptable en el cómputo global. Los centros de salud que obtienen la nota más alta son los de Álava, con una media de bien-muy bien.

El mantenimiento y limpieza puede catalogarse como bueno en líneas generales. Pese a ello, algunos centros de Alicante, Sevilla y Córdoba evidenciaban importantes síntomas de deterioro: suciedades en los respaldos de las sillas, aseos viejos y sucios, 'graffitis' en las fachadas, e incluso, en alguno de ellos, charcos de orina junto a las puertas de emergencia. En el 15% de los centros visitados se detectaron olores desagradables (olor excesivo a desinfectantes, hedor a orines, etc). Esta proporción se dobla en los vistos en Barcelona y Zaragoza. No obstante, en general, los baños mostraban un aspecto limpio y de buena conservación.

La información disponible en el centro fue uno de los aspectos con peores resultados. Cuatro de cada diez ambulatorios no contaban con ningún sistema para recoger quejas o sugerencias de los usuarios y la mitad no disponía de hojas o paneles a la vista con datos tan útiles como el horario, la ubicación de servicios de urgencia o las normas de comportamiento. El 43% tampoco incluía carteles con horarios de consulta médica.

En cuanto a la seguridad y la vigilancia de los centros, el balance es positivo, pero no sin matices relevantes: uno de cada diez centros no disponía de una salida de emergencia bien señalizada y un 20% carecían de salida de emergencia específica (en la mayoría de estos centros la puerta principal se emplea como salida de emergencia). Además, en el 34 % de los ambulatorios que contaban con puerta de salida de emergencia, los técnicos las encontraron cerradas, lo que, según recuerda el estudio, vulnera lo establecido por el Real Decreto 2177/1978.

La accesibilidad para discapacitados y la ausencia de barreras arquitectónicas en los centros estudiados se pueden calificar de aceptables, aunque quede camino para recorrer. Seis de cada diez ambulatorios tenían accesos adaptados a las diferentes dependencias, pero el 23% de los ambulatorios no había habilitado sus baños para personas con discapacidad. En la ausencia de carteles en braille, esta proporción ascendía al 97%.