La mortalidad por causas cardiovasculares aumenta si se ha sido obeso en la adolescencia, según experto internacional

Actualizado: lunes, 13 marzo 2006 14:14

MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -

El riesgo de morir de una enfermedad cardiovascular aumenta en los adultos que durante su adolescencia tenían un índice de masa corporal superior al percentil 75 (la actual definición de obesidad infantil se encuentra el percentil 85), según aseguró el doctor Wieland Kiess, del Hospital Infantil de Universidad de Leipzig (Alemania), durante el congreso internacional 'Avances en Endocrinología Pediátrica y del Adolescente', celebrado este fin de semana en Barcelona.

El doctor Wieland Kiess recalcó durante su intervención que la obesidad infantil es un problema de primer orden, subrayando que diversos ensayos clínicos con pequeños que sufren obesidad han mostrado que tienden a engordar aún más según transcurre el tiempo.

Las estrategias terapéuticas se basan en la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento, e incluyen terapia psico-social y familiar, la modificación del estilo de vida y el comportamiento y la educación nutricional. El doctor Kiess descartó, por el momento, recurrir a los tratamientos quirúrgicos y farmacológicos en la infancia y pubertad.

Según los expertos, el sobrepeso en los adolescentes puede tener graves consecuencias para la salud, ya que incrementa el riesgo de enfermedad en la madurez, independientemente de que persista más adelante. Las principales secuelas que provoca la obesidad infantil en el adulto son hipertensión, dislipidemia (aumento del colesterol y triglicéridos) e incluso problemas psico-sociales.

Por este motivo, la comunidad científica está preocupada ante el incremento de la obesidad infantil, que padecen unos 22 millones de niños menores de cinco años en el mundo y que es el desorden nutricional más común en las áreas industrializadas. En España, la obesidad se ha multiplicado casi por tres en la última década.

Las causas principales de esta alta incidencia en la infancia se deben, fundamentalmente, a la inactividad física y el aumento de la ingesta de calorías. Además, diversos estudios con gemelos señalan que un 50% de la tendencia a sufrir este problema sería hereditaria.